“Los jóvenes nos están diciendo que están en crisis y debemos escucharlos y actuar”, según Kathleen Ethier, responsable del departamento de salud de los adolescentes de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Un informe publicado este lunes por el organismo dependiente del Departamento de Salud dibuja un paisaje alarmante de los adolescentes, especialmente las chicas, atrapados por problemas de salud mental, tristeza y violencia sexual.
Por El País
El informe es la radiografía más completa de los problemas de salud en sentido amplio que aquejan a los jóvenes y abarca cuestiones como la salud mental, los impulsos suicidas, el consumo de drogas, la violencia y el comportamiento sexual. Al presentarlo este lunes en una rueda de prensa telemática, Debra Houry, la jefa médica de los CDC, ha sido tajante: “Los datos muestran un panorama desolador: las adolescentes estadounidenses están sumidas en una creciente ola de tristeza, violencia y traumas. En la última década, los adolescentes, especialmente las chicas, han experimentado un aumento espectacular de las experiencias de violencia, mala salud mental y riesgo de suicidio”, ha afirmado.
Ethier ha bajado al detalle del estudio, el primero que se realiza desde la pandemia, con un trabajo de campo desarrollado en el otoño de 2021 entre estudiantes de instituto. Hay dos frentes alarmantes. Por un lado, la pandemia ha hecho estragos en la salud mental de los jóvenes, aunque las tendencias ya venían de atrás y factores como las redes sociales y los problemas en la escuela también contribuyen a ello. Por otro, la violencia sexual se ha disparado.
En 2021, el 42% de los estudiantes de secundaria habían experimentado tristeza y desesperanza persistentes, casi un tercio habían sufrido problemas de salud mental, un 22% había pensado seriamente en suicidarse, un 18% había hecho planes de suicidio y un 10% lo había intentado en el último año. Son cifras récord en todos los apartados. Y si se mira a las chicas, casi tres de cada cinco adolescentes declararon síntomas depresivos, casi un tercio había pensado en suicidarse (un aumento del 58% en una década), casi una de cada cuatro había hecho planes para ello (el 60% más que en 2011) y el 13% lo había intentado (frente al 7% de los chicos). Los niveles de síntomas depresivos y de pensamientos y comportamientos suicidas son el doble de altos entre las adolescentes que entre los chicos. La situación es aún peor en el colectivo LGTBI, en el que el 45% de los jóvenes habían pensado en el suicidio.
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