Las autoridades han puesto este martes fin a la búsqueda de supervivientes en la provincia de Hatay, la más afectada por los terremotos del pasado 6 de febrero y que sufrió dos nuevos temblores en la noche del lunes.
Los sismos de anoche, de 6,4 y 5,8 grados de magnitud, hicieron que se derrumbasen numerosos edificios que ya habían quedado muy dañados por los terremotos de hace dos semanas.
A consecuencia de estos derrumbes fallecieron seis personas, cifra que las autoridades ya consideran definitiva, según la agencia de noticias oficial turca Anadolu, mientras que 294 personas, 18 de ellas con heridas graves, recibieron atención médica.
El saldo de víctimas no era mayor porque desde el primer temblor, que dejó al menos 42.310 muertos en toda Turquía, ningún edificio en Antioquía y sus alrededores está habitado y la población pernocta al aire libre, en tiendas de campaña o en casas prefabricadas que se van instalando.
Al menos tres de las seis víctimas eran personas que habían entrado en edificios vacíos aún en pie para recuperar sus pertenencias, una práctica habitual estos días, pero muy arriesgada como ha mostrado el temblor de anoche.
El nuevo sismo y su réplica, con epicentro apenas a una docena de kilómetros al sur de Antioquía, han hecho inclinarse también edificios que hasta ahora parecían intactos, por lo que ninguna casa se puede considerar segura de momento, señala la emisora turca NTV.
Según recordó este martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, los sismos han derribado o gravemente dañado 139.000 edificios, con casi medio millón de viviendas u oficinas en las 11 provincias afectadas.
En conjunto, tras investigar más de un millón de edificios en la zona, uno de cada diez o está derruido o debe demolerse con urgencia, ha concluido el ministro de Urbanismo, Murat Kurum.
La relación es el doble en las dos provincias más afectadas, Kahramanmaras y Hatay, donde uno de cada cinco edificios verificados está destruido.
Hatay, una provincia de 1,6 millones de habitantes con una floreciente agricultura, industria, artesanía y turismo local, es la más afectada con diferencia, con 37.000 edificios en ruinas.
Especialmente la capital provincial, Antioquía, con casi 400.000 habitantes, está tan destruida que la economía no se podrá recuperar a corto plazo, explicó el presidente de la cámara de comercio local, Hikmet Çinçin, a la emisora NTV.
De 2.000 pequeños negocios registrados, 1.700 han quedado en ruinas por los terremotos, explicó el empresario, lo cual provoca un éxodo de los supervivientes, ya que no tienen los servicios necesarios para su vida diaria.
Dos recintos industriales situados en las colinas en la periferia de Antioquía han resistido al terremoto prácticamente sin daños, pero no podrán seguir operando, porque tanto los obreros como empleados de mayor formación abandonan la zona, dijo Çinçin.
La industria local busca ahora desesperado trabajadores pero tendrá que cerrar si nadie se queda a vivir en una ciudad en la que por ahora no hay siquiera electricidad, concluyó.
EFE