El Padre Luís Ugalde, hombre de Dios, exrrector de la UCAB y sacerdote que no se ha perdido una sola de las batallas dadas por la oposición democrática contra las dictaduras de Chávez y Maduro en los últimos 23 años, escribió recientemente un artículo, “El Consenso es la primaria”, despachando sin más su optimismo sobre un “proceso” que juzgo de los más complejos que se ha propuesto la sociedad civil para llegar al final del calvario que ya algunos asoman ha exterminado las dos terceras partes del país que aún se llama Venezuela.
Insisto en “de los más complejos” porque llegar a la fecha de realización de las Primarias (22 de octubre próximo) se llevará ocho meses, no será convocada por partidos políticos ni cualquiera otra entidad que se les parezca (por más que ya se constituyó una “Comisión Nacional de Primarias”, CNP, presidida por el jurista, Jesús María Casal) la cual deberá asumir la responsabilidad de establecer las extructuras, tanto legales, como administrativas y de logísticas para que el evento sea una realidad.
La gran pregunta es entonces: ¿ y de dónde saldrán los militantes, cuadros, funcionarios, técnicos y profesionales para que la propuesta sea algo más que una propuesta o, lo que sería algo peor, una propuesta hecha a la buena de Dios?
El Padre Ugalde tiene la respuesta: “De la Sociedad Civil. Es la hora de la Sociedad Civil y del surgir desde sus entrañas de la POLÍTICA con mayúsculas. Tenemos muy pocos meses para llevar a acabo esta hazaña histórica. No saldremos de la dictadura y de la pobreza que sufre el 90 por ciento de la población si cada uno de los venezolanos se limita lamentar y esperar que otros hagan el milagro que necesitamos”.
Y otra vez no podemos dejar de estar de acuerdo con el Padre Ugalde, aunque considerándonos obligados a advertirle que la “Sociedad Civil” -aun aquella de cuyas entrañas surge la POLÍTICA con mayúscula-, no es una entidad genérica, neutra, apartidista e irreprochablemente independiente, sino muy identitaria, constituida por hombres y mujeres que simpatizan o asocian con ideas, partidos, y líderes políticos y que llamados a la “obra heroíca” de rescatar la democracia lo harán también pensando en los intereses de las banderías que representan.
De modo que, llamados a la obra magna de rescatar la libertad y la democracia, jamás se animarán a hacerlo si antes no consultan a quienes estiman sus organizaciones partidistas, líderes y conductores.
Y en el caso específico de la convocatoria que les formulará la CNP, hablamos de la captación y convocatoria de 50.000 voluntarios, financiamiento y organización en torno a unos 3.000 centros de votación bien distribuidos en todo el país, garantizar el voto de los venezolanos que sufragarán fuera del país, y los recursos que se harán imprescindibles para su implementación, promoción, información y propaganda que precisará a lo largo y ancho del país.
Pero si empezamos haciendo un recuento breve pero preciso (siempre siguiendo al Padre Ugalde) de los enormes esfuerzos que esperan a la CNP para que las primarias sean una realidad, es evidente que no nos referimos a los más difíciles y empinados, como serían las objeciones, obstáculos, trampas y triquiñuelas que atravesaría la dictadura de Maduro para que las primarias, no solo no resulten una batalla victoriosa, sino al menos irresoluble.
Anoto solo unos pocos: 1) Negativa que el gobierno ceda los locales para los centro de votación que ya dijimos alcanzan a 3000, o lo haga, aspirando a reservarse “el control del proceso”. 2) Que se niegue a brindar cualquier información sobre los venezolanos en el extranjero 3) Que igualmente no acceda a actualizar el Registro Nacional Electoral que haría imposible conocer cuantos venezolanos dentro como fuera del país están en capacidad de votar 4) Que active a los agentes que ya desde tres años tiene infiltrados y actuando como opositores en los amañados procesos que realiza a troche y moche para no reconocer al candidato “único” que eligirá las primarias para que represente al país en las elecciones presidenciales del próximo año.
Huesos duros de roer, que tal como sostiene el artículo del Padre Ugalde no pueden resolverse sino con una enorme presión de masas, de movilización popular, de confrontación y desafío en la calle, tal como hemos visto en los últimos dos meses con las protestas “por mejores salarios” de docentes, trabajadores de salud y obreros de la llamada “Zona del Hierro”.
Que hablan muy a favor de que la llamada “Sociedad Civil” asuma el rol de una “Sociedad Política” realmente desconyuntada, con los con que fueron sus principales partidos políticos hundidos en reyertas menores, acusados de incursiones en corruptelas y malhechurias, no solo en sus responsabilidades de los últimos 23 años, sino sobre todo en la que fue su última plataforma de actuación en la que pudo ser la clave para derrotar la dictadura, el Interinato, y regresada sin nada en las manos y con el rabo entre las piernas y clamando a gritos por la emergencia de otra política, otros partidos y otros liderazgos que, justamente, le dan una gran oportunidad a la inciciativa de las Primarias, que ponen de nuevo en el terreno de juego las ideas, los principios y los pilares para que sea el pueblo quien decida cuál será el único candidato que lo representará en las elecciones presidenciales de 2023 y que, desde la presidendia, tendrá la oportunidad de rescatar al libertad y la democracia en Venezuela.