Genevieve Via Cava pasó 45 años trabajando como maestra de educación especial en Dumont, Nueva Jersey. Era conocida como una mujer sencilla que recortaba promociones y vivía con gastos mínimos. Nunca tomaba vacaciones y solía usar la misma rotación de ropa. Ella no tenía familia inmediata.
Por: Clarín
Pero a Genevieve le encantaba trabajar con sus alumnos, y ahí es donde realmente brillaba.
Incluso después de jubilarse en 1990, Genevieve regresaba regularmente a la escuela para controlar las clases, saludar a los niños y conversar con el superintendente. En octubre de 2011, Genevieve falleció a la edad de 88 años.
Unas semanas después de su muerte, los administradores de la escuela recibieron un millonario cheque de un millón de dólares del abogado del patrimonio de Genevieve. “¿Abogado de bienes raíces?” Ellos pensaron. “¡Ni siquiera sabíamos que tenía una propiedad!”.
El superintendente escolar, Emanuele Triggiano, califica el regalo de Via Cava como “una bendición”. En sus visitas frecuentes, Via Cava había hablado a Triggiano sobre su pasión por sus estudiantes y cuánto le gustaba trabajar en Dumont.
“Un día ella me contó que había acumulado una importante cantidad de dinero y que planeaba donarla”, dijo Triggiano, quien se mostró agradecido pero no pensó mucho sobre ello en ese momento.
Puedes leer la nota completa en Clarín