Tapas de cocina, turriles, latas de pintura, trozos de madera, envases de plástico y otros residuos son transformados en instrumentos musicales. Y con un minucioso trabajo artesanal, suenan como cualquier otro instrumento, hecho en una fábrica.
Por la-razon.com
Esta iniciativa surgió en 2006, a la cabeza de Favio Chávez, un ingeniero ambiental con afición a la música, que aprovechó la basura de Asunción, Paraguay, para poder “reusar” los desechos y crear así una variedad de instrumentos de viento, cuerda y percusión.
Cateura, una de las localidades más pobres de Paraguay, fue creada en alrededores del vertedero del río Paraguay por personas que, al no tener otra opción de sustento ni un lugar dónde vivir, fueron a parar a ese territorio.
“Es un lugar que no tiene servicios básicos, todos los servicios son de manera informal, no hay lugares públicos donde los niños puedan jugar, hay mucha contaminación, es una localidad que está en riesgo de exclusión social”, cuenta Favio Chávez a La Razón.
Un grupo de 21 jóvenes músicos llegó a La Paz el jueves 23 de febrero, y es la primera vez que visitan Bolivia, pese a estar lado a lado con la nación paraguaya. Ellos tienen programada una serie de presentaciones.
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