Ucrania está movilizando a sus servicios jurídicos y diplomáticos para avanzar junto a sus socios en la creación de un tribunal especial para la invasión rusa inspirado en el que establecieron los aliados en la ciudad alemana de Núremberg para juzgar los crímenes nazis.
La parte más visible de esos esfuerzos fue la celebración, el fin de semana pasado en la ciudad ucraniana de Lviv, de una cumbre internacional que congregó a representantes de la Corte Penal Internacional (CPI) y de la UE y a los fiscales generales de Estados Unidos y varios países europeos.
“Vendrá el día en que Putin y sus aliados paguen por sus actos en un Tribunal Especial”, declaró este jueves el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, después de que Rusia lanzara más de ochenta misiles que mataron a 9 personas y destruyeron infraestructuras energéticas en varias regiones.
LA OPCIÓN DE LA HAYA
Pese a que Ucrania ya ha iniciado acciones contra Rusia en la CPI, este tribunal con sede en La Haya sólo puede juzgar crímenes de agresión contra otro país si el Estado responsable es uno de los firmantes del tratado que impulsó su creación, entre los que no se cuenta Rusia.
Mientras que La Haya sí puede juzgar crímenes de guerra y contra la humanidad que puedan haber cometido en Ucrania las fuerzas rusas, el tribunal no tiene competencias para enjuiciar la decisión de invadir ese país, lo que hace muy difícil sentar en el banquillo al presidente ruso, Vladímir Putin.
“Todos los crímenes comienzan en un crimen original: el de la propia agresión”, ha dicho al respecto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. “Debemos castigar a quienes han empezado la guerra”, ha declarado el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak.
EL MARCO DE LA ONU
Una de las opciones presentadas por Ucrania es que el tribunal tenga el apoyo de la ONU, pero muchos de los países miembros, especialmente de África, Asia y América Latina, son reacios a esta posibilidad, ya sea por sus lazos con Rusia o por el miedo a que Occidente utilice este tipo de mecanismo contra sus líderes.
La alternativa contemplada por Kiev es proceder con la participación individual de los países que estén dispuestos a apoyarlo. Ucrania aspira a reunir al mayor número de países posible, de forma que los requerimientos y eventuales condenas de la corte se ejecuten en la mayor parte del mundo.
EL TRIBUNAL HÍBRIDO
Apelando al realismo y al peligro de hostilizar aún más a Rusia, países como el Reino Unido y Alemania parecen decantarse por un “tribunal híbrido”, cuya legitimidad vendría de la jurisdicción ucraniana aunque incorporaría jueces internacionales.
Yermak, el jefe de la oficina de Zelenski, lo rechaza: “Es inaceptable porque no tenemos garantías de que acabará con la impunidad” de los líderes rusos. Kiev quiere un tribunal de legitimidad internacional y no una corte que refuerce la narrativa del “conflicto entre Estados”.
ACUMULACIÓN DE PRUEBAS
Mientras intenta dar impulso al tribunal, Ucrania trabaja para reunir pruebas que permitan juzgar a los supuestos responsables de los más de 70.000 crímenes de guerra que dice haber registrado hasta el momento Kiev.
Para contribuir a esta misión, los participantes en la conferencia celebrada en Leópolis se comprometieron a abrir “antes del verano” el Centro para la Investigación de Crímenes de la Agresión Rusa.
Con sede en La Haya, el centro analizará y conservará pruebas para que puedan utilizarse en el futuro si se acaban enjuiciando los hechos.
RECOMPENSAS DE LA SOCIEDAD CIVIL
A la movilización contra la impunidad contribuye asimismo la sociedad civil.
Creado por Stanislav Aseyev, escritor y antiguo preso político de los separatistas pro-rusos en la autoproclamada república de Donetsk, el Justice Initiative Fund ofrece recompensas por informaciones que ayuden a la captura de los supuestos responsables de crímenes de guerra en Ucrania.
“Nuestra principal fuente es el enemigo”, ha explicado el escritor a medios locales.
“Pueden darnos la dirección de alguien en Donetsk o incluso entregarlo en el frente”, dice Aseyev, que reúne con donaciones el dinero que hace posibles estas traiciones en las filas del enemigo.
EFE