En Táchira se reportó un caso llamado “Gomitas de la muerte” cuando un sujeto quedó capturado por las autoridades, acusado de distribuir dulces a niños, las cuales contenían marihuana.
Por Diario 2001
Esto alerta a padres y representantes sobre quienes pueden andar en la calle con la intención de afectar a los menores.
Luis Godoy, investigador criminal, señala que este delito no es nuevo, debido a que hace 30 años se registró un caso particular, solo que para tal ocasión, el producto distribuido eran chupetas.
El consultado señaló a 2001 que hay dos modus operandi para este tipo de venta de drogas.
El que involucra menores trata de una red de captura de “clientes potenciales”.
Clientes fijos
Godoy, quien también trabajó varios años como comisario de la Policía Técnica Judicial (conocida actualmente como el Cicpc), expresa que los criminales tienen el fin de adentrar a los jóvenes al mundo del consumo de drogas, para que en un futuro sean clientes fijos.
Explicó que la idea de traficarlo en dulces es que el niño entre en contacto con el sabor de una manera dulce para que desarrolle un gusto por él.
No obstante, Godoy resalta que esta medida por parte de los proveedores “no es rentable” debido a que los pone al ojo del público debido a que muchos de los niños rechazan la golosina y se lo comenta a sus representantes, quienes pueden darse cuenta de que dicho producto contiene una sustancia ilícita.
El segundo modus operandi es el camuflaje, que no va dirigido directamente a los niños, sino a quienes consumen esta droga, que están muy al tanto de lo que compran.
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