La Policía brasileña destruyó 200 campamentos y confiscó 84 embarcaciones y 2 aeronaves durante el primer mes de acciones contra la minería ilegal en la reserva indígena Yanomami, en la Amazonía, según el balance divulgado este martes.
En los primeros treinta días de operaciones, después de que el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó estado de emergencia sanitaria y ordenó la retirada de los mineros ilegales del territorio, la Policía “inutilizó o aprehendió” otros materiales.
En total fueron 27 toneladas de casiterita (bióxido de estaño), 11.400 litros de combustibles, 172 motores y generadores de energía, maquinaria de minería, motosierras, mercurio, equipos de internet satelital, teléfonos móviles, armas, municiones y alimentos.
De acuerdo con la Policía Federal, se instauraron también cuarenta investigaciones relacionadas a la minería ilegal que llevaron al bloqueo de 65 millones de reales (unos 5,4 millones de dólares) de cuentas bancarias de los sospechosos.
La semana pasada, una comisión del Senado había anunciado que 19.000 mineros ilegales abandonaron la reserva Yanomami.
En los últimos cuatro años, alentados por políticas impulsadas por el ahora expresidente Jair Bolsonaro, la minería ilegal tuvo una notable expansión en toda la región amazónica e incluso llegó a las tierras indígenas.
A mediados de enero pasado, el Gobierno de Lula, quien asumió el poder el primer día de este año, descubrió una gravísima situación humanitaria y sanitaria en la tierra Yanomami, habitada por esa etnia en el estado de Roramina (norte), fronterizo con Venezuela.
Según las autoridades, una de las razones de esa crisis fue la masiva actividad de mineros ilegales, que han contaminado ríos con mercurio y devastado parte de ese territorio, habitado por cerca de 30.000 indígenas.
Lula ordenó la inmediata retirada de esos mineros, que llegaron a ser calculados en unos 20.000, y determinó el envío de una cuantiosa ayuda humanitaria a los indígenas, que durante los últimos años habían denunciado varias veces la situación, pero sin encontrar eco en el Gobierno.
El último viernes, una delegación oficial venezolana, encabezada por el viceministro para América Latina de la Cancillería, Ránder Peña, visitó los ministerios brasileños de Relaciones y Exteriores y Salud para abordar asuntos sanitarios, entre ellos el de los yanomamis.
La cooperación en salud en la frontera coordinará “acciones de asistencia al pueblo yanomami, como combate a la malaria, tuberculosis, desnutrición y HIV y campañas de vacunación, saneamiento y salud materno-infantil, según informó la Cancillería de Brasil.
EFE