Desde la semana pasada se ha suscitado un terremoto al interior del régimen de Nicolás Maduro. La Policía Nacional Anticorrupción ha detenido a más de una docena de funcionarios públicos y a varios empresarios por hechos de corrupción en Pdvsa, Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), Alcaldía de Tejerías y otros entes de carácter público. La situación ha escalado al punto de que Tarek El Aissami, ministro de energía y petróleo, renunció a su cargo con un mensaje en redes sociales respaldando las investigaciones. Se especula que el exministro es el principal señalado de esta pugna interna de los rojos.
“Una guerra de mafias”, así califica lo que está ocurriendo dentro de las filas del madurismo el dirigente de Primero Justicia, Julio Borges. Para Borges, Maduro se vale de la corrupción como arma política para apagar la rebelión interna que busca desplazarlo desde hace tiempo. A su juicio, Maduro no es líder de ningún movimiento, solo es un sobreviviente y hoy el madurismo está compuesto de mafias fracturadas.
¿Qué está ocurriendo dentro de las filas de la dictadura en este momento?
Lo que existe es una guerra de mafias por el botín. La gran corrupción que se ha dado en Venezuela no tienen paragón de ningún tipo, estamos hablando de miles de millones de dólares sustraídos del erario público. Hay gente que habla que se han esfumado más de 400.000 millones de dólares en estos 23 años. En este momento dentro de la dictadura hay enormes fracturas, pases de cuenta entre unos grupos y otros, pugnas por ver quien controla más poder. Podríamos decir que el madurismo está compuesto por mafias fracturadas. Pero eso no es nuevo. Estas tensiones vienen desde hace tiempo, solo que el régimen simula unidad interna, pero hay contradicciones entre quienes se llaman chavistas y quienes se llaman maduristas. En esta ocasión específica, la lucha es por Pdvsa y los recursos del petróleo.
¿Y qué está pasando en Pdvsa?
Desde que llegó Maduro al poder, Pdvsa ha experimentado un proceso de destrucción masiva de la producción. En 2013 Venezuela producía cerca de 2,9 millones de barriles, tres años después en 2016 ya se habían perdido cerca de 900.000 barriles de producción y estábamos produciendo 2 millones de barriles. En este momento, se está produciendo cerca de 700 mil barriles, eso es nada. Eso es menos de lo que produce el estado de Nuevo México. Ese es el tamaño de la debacle de Pdvsa. Una destrucción que se explica a partir de la enorme corrupción y de que manejan Pdvsa como si fuera una taguara, sin ningún tipo de criterio técnico y profesional.
¿Cómo evalúa la renuncia de Tarek El Aissami como ministro de petróleo?
Aquí lo importante no es la renuncia, aquí lo importante es saber dónde están los más de 3.000 millones de dólares que ellos reconocen que se robaron. Más de 3.000 millones que pudieron ir destinados a mejorar la dotación de los hospitales, o a mejorar las pensiones o salarios de los trabajadores públicos. Más de 3.000 millones que pudieron servir para recuperar las escuelas o el sistema eléctrico destruido, pero no. Esos recursos terminaron en las cuentas en el exterior de algunos corruptos. En cualquier país que ocurra un hecho de corrupción de este tamaño, habría al menos un proceso de interpelación pública. Se rendiría cuentas al país. Aquí todo se maneja con total hermetismo, porque Venezuela hoy es un país gobernado por el crimen organizado y la corrupción.
El dinero robado se ve en Caracas en carros de último modelo. Casas que parecen centros comerciales. Mansiones en Los Roques. Restaurantes impagables. Todo frente a una Venezuela hambrienta. Una Venezuela sin salarios dignos. Una Venezuela que brega diariamente para poder comer o para hacerse de un tratamiento médico que le permita vivir.
Hay gente que piensa que estamos ante una cortina de humo para hacer ver que el régimen está luchando contra la corrupción. ¿Qué opina usted al respecto?
Hay también algo de eso. A Maduro le cae esta cacería de brujas como anillo al dedo para a lo interno enviar un mensaje de lucha contra la corrupción, un mensaje a la Fuerza Armada que está hastiada de ver cómo la cúpula militar se mueve en medio de una vida de excentricidades mientras ellos pasan trabajo para comer. Pero el dictador Maduro no engaña a nadie, la verdad es que el país sabe que aquí no se está luchando contra la corrupción. Si estuvieran luchando contra la corrupción, investigaran a la familia de Maduro, que nosotros sabemos que también está involucrada en todo este entramado de corrupción de Pdvsa. Si estuvieran luchando contra la corrupción, estarían Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez entre los detenidos. Los corruptos están en Miraflores y ellos no se van a investigar así mismo.
¿Qué va a pasar ahora?
Probablemente, haya un reacomodo interno en las filas de la dictadura. Maduro buscará suplantar unas fichas por otras que crea más conveniente o leales a sus planes. Seguirá utilizando la corrupción como un arma para controlar las intenciones de grupos que quieren desplazarlo desde hace mucho tiempo. Maduro es ahora más que nunca derrotable y por eso hay quien buscan sustituirlo. Pero lo importante es que nosotros no nos quedemos entrampados en esta situación, nosotros tenemos que luchar para que todo ese escenario de presión en el régimen desemboque también en lo que queremos los venezolanos, que es la libertad. Aquí hay que sumar presiones internas y externas para que se termine de fracturar definitivamente esa dictadura y se abra un nuevo horizonte de libertad para el pueblo venezolano.
¿Por qué ha habido tanto silencio dentro de la oposición con respecto a lo que está pasando con las pugnas dentro del régimen?
Si en Venezuela hubiera democracia, estoy seguro de que habría millones de personas protestando ante tanta injusticia. Pero por la represión eso no sucede. Estamos enfrentando a una dictadura acusada de crímenes de Lesa Humanidad. Nosotros de este escándalo de Pdvsa manejábamos información desde hace meses, sabíamos que había un proceso de sustracción de recursos muy importante. Se estaba vendiendo petróleo y el pago como contraprestación por ese petróleo no estaba llegando al país, estaba quedándose en manos de terceros. Por eso, nosotros siempre hemos sido escépticos con el tema de entregarle dinero a Maduro, darle dinero a Maduro es darle dinero a la corrupción. Es dinero que jamás llegará al venezolano, solo alimentará más el apetito corrupto de unos pocos.
¿Qué le dice a Venezuela en este momento de crisis, a esa Venezuela que ve como se esfuman 3.000 millones de dólares mientras ella no tiene cómo alimentarse?
Que este episodio de indignación y rabia debemos transformarlo en combustible para seguir luchando por cambiar esta tragedia, por cambiar esta Venezuela de impunidad, corrupción e indecencia por una Venezuela de justicia, donde quienes roben sean procesados y juzgados por sus crímenes. Esa Venezuela es posible, depende de nosotros construirla. Ese país donde todo funcionario que robe vaya a la cárcel y responda por sus fechorías, donde no hablemos de pase de factura sino de justicia. Esa Venezuela la vamos a parir, y va a empezar en el 2024 cuando salgamos de Maduro.