En vísperas de la Semana Santa, los docentes merideños representaron el viacrucis padecido por Jesús de Nazareth, en los alrededores de la plaza Bolívar de la capital andina.
Por Jesús Quintero
Salarios paupérrimos que no permiten a los docentes alimentarse bien ni comprar lo necesario para tener calidad de vida.
La inflación pulveriza los 250 bolívares que reciben como bonificación mensual.
Los docentes deben dar prioridad en qué gastar los pocos bolívares que reciben por la labor titánica de formar a los jóvenes del hoy y profesionales del mañana.
Mientras tanto en la Zona Educativa Nro. 14 bajaron la santamaría haciéndose ciegos, sordos y mudos a la problemática que atraviesan los educadores merideños. Hasta allí llegó el viacrucis escenificado por los maestros.