Sudáfrica no hace caso a Occidente y defiende su amistad con Rusia pese a la guerra de Ucrania

Sudáfrica no hace caso a Occidente y defiende su amistad con Rusia pese a la guerra de Ucrania

Banderas de Sudáfrica y Rusia en engranajes de malla. Cooperación internacional 3D conceptual.

 

La ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Naledi Pandor, defendió hoy la amistad de su país con Rusia, pese a las presiones internacionales por la guerra rusa contra Ucrania, y subrayó que esa relación no variará “a petición de otros”.

“Hay algunos que no desean que tengamos relaciones con un viejo amigo histórico. Hemos dejado claro que Rusia es un amigo y hemos tenido asociaciones cooperativas durante muchos”, afirmó Pandor.

La ministra hizo esa declaración en la inauguración del Comité Intergubernamental Conjunto sobre Comercio y Cooperación Económica Sudáfrica-Rusia junto al ministro ruso de Medio Ambiente y Recursos Nacionales, Alexander Kozlov, en Pretoria.

“Si bien somos amigos de muchos en todo el mundo, no podemos convertirnos en enemigos repentinos a petición de otros”, aseveró la jefa de la diplomacia sudafricana.

Pretoria ha reafirmado sus relaciones con Moscú, en medio de llamamientos de países occidentales para aislar a Rusia por su invasión de Ucrania, y se ha negado a cortar los lazos con Rusia.

Pandor confirmó hace una semana que su país invitó al presidente ruso, Vladímir Putin, a participar en agosto próximo en la cumbre del grupo de economías emergentes BRICS, pese a la orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) contra él, aunque admitió que esa orden es “un motivo de preocupación”.

Como Estado miembro de la CPI, Sudáfrica, que acogerá ese agosto en Durban (este) la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del bloque, está obligada a cooperar en el arresto de Putin, después de que ese tribunal de justicia internacional emitiese el pasado día 17 una orden de detención contra el mandatario ruso por presuntos crímenes de guerra.

En junio de 2015, el Ejecutivo sudafricano se vio en una situación parecida cuando el entonces presidente sudanés, Omar Al Bashir, sobre el que pesaba una orden de arresto por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad, asistió a una cumbre de la Unión Africana (UA) en Johannesburgo.

Pretoria alegó que no podía arrestar a Al Bashir debido a su inmunidad diplomática como jefe de Estado y le dejó aterrizar en el país, pero el mandatario regresó a Sudán en menos de 48 horas para evitar problemas con la Justicia, que, obedeciendo a la CPI, ordenó su detención.

La corte internacional decidió meses después abrir un procedimiento contra Sudáfrica por su falta de colaboración, pero en 2017 rechazó remitir la situación al Consejo de Seguridad de la ONU para proteger una futura cooperación con el país africano.

El país africano asegura haber adoptado una postura neutral sobre la guerra de Rusia contra Ucrania, y ha pedido diálogo y diplomacia para resolver el conflicto.

Esta posición no está sólo vinculada al papel estratégico político y económico que Moscú tiene en algunos países de África, sino también a motivos históricos como el apoyo ruso a los movimientos anticoloniales y de liberación del siglo XX, como la lucha contra el régimen segregacionista “apartheid” en el caso de Sudáfrica.

Brasil, Rusia, India y China crearon en 2006 el grupo BRIC, al que se unió Sudáfrica en 2010 añadiendo al acrónimo actual la letra ese.

EFE

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