El dolor de cabeza es una de las dolencias más habituales de la sociedad. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de un 90 por ciento de la población ha sufrido en alguna ocasión algún episodio de cefalea; La mitad de la población la ha padecido en el último año, y hasta un 46 por ciento presenta algún tipo de cefalea activa.
Por La Razón
Uno de los principales problemas es el elevado porcentaje de pacientes se automedica con fármacos de libre dispensación, sin el consiguiente control médico. El tratamiento inadecuado de los ataques es uno de los principales factores de riesgo de cronificación del dolor, además de ser el causante de otro tipo de cefalea, la denominada cefalea por abuso de medicación.
Las causas de estos dolores de cabeza pueden ser muy diversos. Los más comunes suelen estar relacionados con la tensión muscular en el cuello, los hombros y la cabeza. Esta tensión puede ser una consecuencia del estrés, que también puede desencadenar dolores de cabeza tensionales, migrañas y otros tipos de dolores de cabeza. Las fluctuaciones hormonales en las mujeres es un factor a tener en cuenta, pero también problemas de visión, alergias, falta de sueño, sinusitis, condicionantes genéticos o incluso lesiones en la cabeza.
Pero lo que mucha gente desconoce es que una de las causas puede estar relacionada con la alimentación. Es muy común que aparezcan las cefaleas cuando las personas pasan mucho tiempo sin comer, pero también puede estar relacionado con el tipo de alimentos que se toman. Es muy habitual que las cefaleas aparezcan después de comer alimentos que tienen un alto contenido de azúcar o carbohidratos refinados, como en el caso de una porción de tarta de chocolate. O incluso después del consumo excesivo de alcohol, uno de los síntomas del malestar popularmente conocido como “resaca”.
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