Padecemos un fenómeno peculiar: el oportunista salta talanquera. Son quienes cambian de bando, grupo o pandilla en función de su merced. Bienvenidos al mundo del oportunismo político; en el cual, todo es posible, donde nada o muy poco, causa sorpresa. De un día para otro, jóvenes y no tanto, sin aviso ni protesto, modifican su posición política como si nada, sin rubor ni pudor, importándole poco lo que piensan seguidores o dicta su conciencia, si acaso la tuvieran. Un entretenimiento asqueroso y putrefacto, que observamos con demasiada frecuencia.
El oportunismo político es una práctica milenaria, como la prostitución. Desde que el mundo es mundo, hay meretrices que ven la política como una oportunidad para beneficio personal. Siempre dispuestos a vender su alma al diablo con tal de obtener poder, dinero e influencia. No importa si antes estaban en un equipo; pero si ven oportunidad de provecho, no dudan en cambiarse. Lo sorprendente del oportunismo, es que no importa si deciden apoyar una causa que antes rechazaban, porque tienen la pericia de adaptarse a cualquier situación y encontrar lugar en la nueva realidad. Nunca reconocerán que cambiaron de opinión. Tendrán excusa preparada para justificarse. ¡Son verdaderos expertos de la hipocresía!
¿Cómo reconocerlos? En los últimos años de ignominia chavista, solo tienes que verles la cara de bolsa e imbéciles que ponen, cuando le niegan lo que quieren, y esperan saciar su sed de favores con la chusma de al lado. Puedes observar, cuánto cambian de opinión y cuántas veces lo hacen. Si son más que un camaleón de color, entonces estás frente a un pancista en todo su esplendor. Engañan a los ciudadanos, manipulan, pero hoy, estamos claros de sus intenciones, dejamos de ser inocentes.
Hábiles, son una especie de parásitos, vagos indefinidos, que se nutren de oportunidades. Se presentan, serios y comprometidos, pero solo buscan su favor. Se dejaron atraer por el facilismo impreciso de un momento. Así que, si piensan contratar a un oportunista salta talanqueras, piénsenlo con mucho cuidado. Puede que den algún beneficio a corto plazo, pero con el tiempo, estarás rodeado de indeseables, y basuras nada confiables. Si, por el contrario, convienes con coherentes, leales y comprometidos convencidos de creencia y trabajen por ella, sin importar las circunstancias, obtendrás la Venezuela que tanto aspira y anhela la mayoría.
En política, el oportunismo es como el clima: impredecible y cambiante. Un día apoyan una causa, al siguiente la critican, y al otro vuelven a apoyarla. Como una montaña rusa de emociones y traiciones, payasos de circo, siempre preparados para su próximo truco y así mantener el centro de atención.
Pero no todo es malo en el oportunismo político. Al fin y al cabo, nos brinda una fuente constante de diversión. Nos recuerda que, en la política, nada es lo que parece, y nunca debemos confiar plenamente en dirigentes confusos, ambiguos y turbios. Después de todo, la política es un juego, y los oportunistas son expertos jugadores.
El salta talanquera es un género curioso, traidor, peligroso, resbaladizo, guabina y escurridizo. No hay que dejarse engañar por su habilidad de adaptarse; como la MUD, que solo busca provecho. Mantente fiel a tus ideales y no caigas en el juego sinvergüenza del oportunismo. Es una conducta censurable y de proceder indigno, brinda fuente inagotable de distracción y pasatiempo. ¿Quién no disfruta riéndose y observando a los payasos políticos saltar de un bando a otro como acróbatas y contorsionistas de circo?
En forma irónica, es una práctica común entre politiqueros sin ideología ni principios sólidos, dispuestos a cambiar su posición en función de lo que les dará más votos o poder. Es fácil para ellos cambiar de opinión, pueden decir una cosa y contradecirse sin pestañear.
¿Por qué molestarse en tener principios? ¿Por qué no ir con la corriente y decir lo que la gente quiere oír? ¿Por qué no utilizar la política para beneficio propio en lugar de luchar por el bienestar de los ciudadanos?
Después de todo, la política es un juego de poder, y si puedes conseguir más poder cambiando de posición, ¿por qué no hacerlo? No hay nada más importante que tu propia carrera política. Aprendamos del maestro oportunista, el emperador romano Tiberio, quien dijo: “Mejor ser temido que amado, si no se puede tener ambas cosas”.
El oportunismo es la manera nauseabunda de llegar a la cima y mantenerse allí. No te molestes en tener principios o seguir una ideología. Simplemente di lo que la gente quiere oír y haz lo que sea necesario para conseguir más poder. Después de todo, qué es la política oportunista, un juego sucio de intereses egoístas y oportunismo
@ArmandoMartini