El increíble antes y después de un embalse en California

El increíble antes y después de un embalse en California

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Las severas tormentas que impactaron California en lo que va del año tienen un lado positivo en los recursos naturales de la región. En solo cuatro meses, el panorama del estado cambió por completo. Algunos embalses, que se utilizan para captar y almacenar agua para consumo humano, pasaron de tener niveles peligrosamente bajos a lucir muy cerca de su máxima capacidad.

Por La Nación 





Un embalse es una estructura diseñada para almacenar agua para el uso humano. A través de estos grandes receptores se pueden abastecer las plantas potabilizadoras que proporcionan el servicio a las zonas habitacionales, o bien pueden usarse para riego, producción de energía hidroeléctrica y otros fines.

En diciembre de 2022, el lago artificial conocido como San Luis Reservoir se encontraba a solo un cuarto de su capacidad. Al cierre de marzo 2023, las autoridades informaron que el agua almacenada llegó al 98% de lo que puede acumular el embalse. “Los ríos atmosféricos han aportado cantidades increíbles de lluvia y nieve, trayendo una acumulación récord de nieve en la Sierra, la resurrección del lago Oroville y peligrosas inundaciones en todo el estado”, informó Los Angeles Times al dar a conocer imágenes satelitales de la European Space Agency que confirman la increíble recuperación.

Prácticamente durante todo el año pasado, el embalse perdió agua a un ritmo acelerado. Uno de los puntos más críticos fue en el verano boreal, cuando el clima más cálido generó un paisaje desértico en la zona de las montañas de Diablo Range, en el condado de Merced. En noviembre de 2021, casi un año antes de las intensas lluvias más recientes, el almacén de agua llegó a estar en un grave 10% de capacidad de almacenamiento.

Si bien San Luis Reservoir puede ser el caso más ilustrativo del impacto positivo de las tormentas invernales en California, las condiciones son generalizadas para todo el territorio. El 28 de marzo pasado, los embalses del estado estaban al 73% de su capacidad, por encima del promedio histórico de 30 años que era de 69%.

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