El expresidente Trump acudió a su cita con el tribunal de Manhattan donde se le acusó de 34 cargos en el marco del presunto soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels, y tras este suceso histórico para Estados Unidos, múltiples reacciones se han evidenciado al respecto.
Por Semana
Algunos de los aliados del magnate han continuado la versión de Trump haciendo referencia a la supuesta “cacería de brujas” que se estaría haciendo en su contra, y tras el arresto que se le procedió al expresidente, algunos lo calificaron como una “burla” de la justicia nacional.
“El arresto y la lectura de cargos del expresidente Donald Trump por parte de un fiscal de izquierda de Soros hoy es una burla al Estado de derecho. No solo la acusación es frívola, esta persecución política marca un día oscuro para nuestro país”, fue la reacción de Ted Cruz, senador republicano.
Incluso, tras el discurso de Trump en su mansión de Mar-a-Lago, en el que insistió en su crítica al fiscal que lleva su caso, Alvin Bragg, uno de los políticos republicanos que apoya al expresidente aprovechó para seguir la cuerda del expresidente y pedir que este funcionario judicial fuera sancionado.
“Alvin Bragg debería ser inhabilitado y destituido de su cargo. Este es un abuso atroz del sistema legal con fines políticos y amenaza la estructura de nuestro sistema judicial”, escribió Thomas Massie en sus redes sociales.
Incluso, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, también se pronunció en contra del fiscal Bragg, afirmando que estaba “interfiriendo” en las elecciones de 2024 por las acusaciones que estaba haciendo en contra del expresidente.
“Alvin Bragg está intentando interferir en nuestro proceso democrático al invocar la ley federal y presentar cargos politizados contra el presidente Trump, por supuesto, utilizando fondos federales, mientras que al mismo tiempo argumenta que los representantes del pueblo en el Congreso carecen de jurisdicción para investigar esta farsa”, afirmó en su cuenta de Twitter.
El discurso de Trump
“Nuestro país se va al infierno”, con esta frase comenzó sus declaraciones en una lujosa estancia dentro de su mansión, rodeado de cientos de simpatizantes –más de 200 según la cadena CNN– vestidos con merchandising del expresidente, a los que ha estrechado la mano entre cánticos de “¡Estados Unidos!”, con la presencia de sus hijos, a quienes ha agradecido su apoyo, y varios congresistas republicanos que le apoyan abiertamente, como Marjorie Taylor Greene.
“El único crimen que he cometido ha sido defender sin miedo nuestra nación de aquellos que buscan destruirla”, insistió el expresidente, frente a un podio con información sobre cómo donar a su campaña electoral, ante numerosas banderas estadounidenses y con otra enganchada en la solapa del traje azul con camisa blanca y corbata roja que se ha convertido en su ‘uniforme’.
“Nunca pensé que nada de esto podría pasar en Estados Unidos”, afirmó, poniendo el foco durante su discurso en la falta de base de las acusaciones por las que se le imputa.
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