20 mil millones de dólares robados más otros 20 mil millones que acusó también fueron robados según el ex ministro chavista y parte del régimen criminal, Jorge Giordani, suman 40 mil millones en robos. Y sí, así como 2 más 2 son 4, 20 mil millones más 20 mil millones son 40 mil millones. Eso lo apunto para los lerdos políticos, chavistas camuflajeados, lobistas del chavismo (de Maduro, Rodríguez y su manada de ladrones) y cínicos, es decir, lo apunto para la horda de pendejos que aún no entiende el porqué de las sanciones.
Intento -difícil tarea- hacerlos entender el holocausto criminal que hemos padecido. Que sumen y resten y entiendan que sin sanciones sería mucho mayor el asalto.
2 más 2 más 2 serían 6, ¡pendejos!
Prohibido olvidar
Recuerdo a los infames firmantes que solicitaron -pagados por Chevron algunos- en carta dirigida al gobierno norteamericano que cesaran las sanciones impuestas al regimen chavista acusado de criminal de lesa humanidad. Recuerdo también el cinismo de algunos “opositores” señalando que la crisis humanitaria era causada por las sanciones, no por el robo, corrupció y maldito autoritarismo chavista. Recuerdo a la víbora Luis Vicente León, en otra de sus inenarrables perfidias, decir que la corrupción derivaba de las sanciones.
Lo recuerdo porque me permite develar quienes son parte cómplice del peor robo que se haya conocido en la historia no de Venezuela, sino de Las Américas desde la Independencia.
Lo recuerdo porque he decidido no olvidar.
Sanciones para idiotas
Las sanciones…, lo he escrito, gritado, cantado, silenciado, contorsionado, hecho mímica y argumentado hasta el agotamiento, son medidas noviolentas -porque no son invasiones, guerras o ataques armados- que toman los países para evitar la nociva influencia de tiranías extranjeras (Rusia, Irán, Venezuela, etc.) y los daños sociales que éstas causan. Naciones como EEUU o Europa están en su derecho de hacerlo. La Venezuela chavista es una amenaza no sólo contra su pueblo, sino contra el mundo. Es sancionada por su malandraje regional y mundial.
Se intenta evitar que cause más daño del que ya causó en Nicaragua, Bolivia Honduras, Argentina, Colombia y ese largo etcétera de ignominia provocado en el mundo.
Son la lepra ideológica del siglo XXI.
Joder sólo joder
¿Imaginan qué haría el chavismo con más dinero además de robar, comprar Ferraris, departamentos en Medio Oriente o Italia, carteras Gucci, relojes lujosos y engordar sus panzas grasosas de corrupción y prostitución? Joder, sí, joder, embaucar, corromper, joder, crear mafias continentales y mundiales, pervertir el orden interno de otras naciones, crear y potenciar tiranías, joder, financiar terroristas, aupar el narcotráfico, extorsionar políticos, comprar alianzas, regalar el esequivo, joder y joder.
Claro, además, perseguir opositores, encarcelarlos, torturarlos, lanzarlos de décimos pisos, sodomizarlos, asesinarlos. Es decir: joder.
¿Sanciones? Claro que sí para evitar que jodan al mundo.
Una oscura propina
Los que piden que las sanciones cesen son sinvergüensas o corruptos. Por ellos habla su indolencia frente al caos chavista o su interés por recibir -bien camuflajeada- una oscura propina. Son pérfidos. Si los venezolanos queremos que cesen las sanciones debemos de erradicar la dictadura no seguir aupándola o cohabitando con ella (los que lo hacen). Es muchísimo el daño que ha causado no sólo en Venezuela, sino en Latinoamérica y el mundo.
¿Sanciones? Sí, para evitar que Maduro se siga comiendo a los opositores. Sí, para evitar más robos y corrupción. Sí, para debilitar más daño mundial.
Sanciónalos, no los protejas.
Posdtata deslumbrante de un maquillaje
Lo reitero: veo el destino de Venezuela en manos de la lucidez, arrojo y desafiante coraje de la mujer venezolana. Ellas lideran. En estos días escuché con estupefacción admirada como otra joven venezolana, Ana Milagros Parra, cimbraba las bases estólidas de la inteligencia venezolana mientras relajada, sin sobresaltos, maquillándose, daba una impecable lección sobre las verdaderas razones por las cuales existían las sanciones contra la dictadura chavista. No las que menciona el chavismo, no las que esgrime la oposición. Escúchenla: https://bit.ly/3GlAoc5, algo cambia en Venezuela, las voces de la conciencia muestran su rostro. Y la conciencia es mujer…, como Ana.