LOS COMPINCHES DE EL AISSAMI, CAPITULO: JUAN ALMEIDA/N33
Conspiración contra la mesa de México
Su nombre real es Juan Manuel Almeida Morgado y, a pesar de dedicarse al jaqueo de cuentas y a la guerra sucia por las redes, es bastante conocido dada su personalidad extrovertida y pantallera. Nacido en Aragua, de 43 años e hijo de Elba Morgado, tiene dos hermanos, Carlos Jesús y Jorge Luis quienes tienen un amplio prontuario judicial por homicidio y ultraje; realmente esta familia sería un buen espacio para diversos estudios y ejercicios psicológicos y psiquiátricos sobre la genética y la criminalidad. A pesar de su origen pobre, muy pobre, hoy Almeida es dueño de J413110733-New Arrival Shop 2020, C.A, empresa que se dedica a la venta de prendas y equipos deportivos, y utiliza como fachadas al abogado Ronald Rubio Ampueda C.I.: 11086457 y como socio a Gilberto Barreto Canelón C.I.: 13270774. No nos molesta que alguien venido de la extrema pobreza progrese, pero la historia que vamos a leer explica por sí sola cuales fueron los caminos que lo llevaron a tal crecimiento.
Sin estudios conocidos, se hizo un empírico de las computadoras y del manejo de las comunicaciones a través de internet, incursionó en grupos de hackers que hacen vida en la internet, intercambiando información de boots y cracking para acceder a través de fallas o brechas de la internet. En 2008 la seguridad de la internet era bastante básica, se encontraba en pleno desarrollo en un país como Venezuela, esto le permitió a N33, hacerse de datos y acceder a información privada de ciudadanos e instituciones.
La red de CANTV, principal interconexión de internet para Venezuela, tenía bastantes debilidades en los sistemas de protección, permitiendo a Juan Almeida, alias N33, instalar sniffers (capturan y analizan paquetes de información) en los DSLAM (concentradores de usuarios de determinada red, provoca conversión de los protocolos de la red y conmutan el tráfico interno) virtuales de CANTV y así poder acceder al tráfico de datos privados de los usuarios. Así comienza su carrera de extorsionador. Sus primeras víctimas fueron los comerciantes y empresarios del estado Aragua de quienes obtenía información personal, aventuras amorosas, fotos y datos de evasión fiscal que le generaron el dinero suficiente para ampliar su capacidad tecnológica y operativa.
Aprendiendo nuevas técnicas, utiliza recursos como fhishing (se engaña al usuario para obtener información sensible de tarjetas de débito o crédito, credenciales, tarjetas de acceso a sitios protegidos o información corporativa sensible) para obtener credenciales de acceso a correos electrónicos y comienza a infectar con tal técnica exclusivamente a periodistas y políticos. En esta segunda tanda de víctimas resaltan Nelson Bocaranda, Marta Colomina, Carla Angola, Ibeyise Pacheco, Sebastiana Barráez, Vladimir Villegas, Alberto Federico Ravell, entre otros. Los políticos más resaltantes para aquel entonces fueron Antonio Ledezma, Leopoldo López, Didalco Bolívar, Ismael García, Henry Ramos Allup, Salas Feo, Jorge Giordani, Nelson Merentes, Asdrúbal Chávez , Mario Silva, José David Cabello, María Gabriela Chávez, entre otros.
Una vez infectadas las comunicaciones de muchos, instaló, el MALWARE (software malicioso que se utiliza para dañar cualquier dispositivo, servicio o red programable. Muy utilizado en la extorsión y el chantaje) que le permitió acceder a sus comunicaciones y a los datos de sus computadoras de cada uno de los objetivos impuestos por Tareck El Aissami.
Valiéndose intermediarios Almeida N33, inicia la búsqueda de contactos con elementos de cuerpos de inteligencia y del Ministerio del interior, ofreciendo para ello información de los objetivos antes mencionados, a los que le sumo cuerpos diplomáticos, jefe de los mismos cuerpos de inteligencia, grandes empresarios y empresas como POLAR, todo a cambio de dinero y protección. Rechazado por los cuerpos de inteligencia, logra acceder a su máximo objetivo, Tareck El Aissami, quien lo enlaza con Mario Silva García, conductor de La Hojilla, al proveía de material para su programa y lo ayudaba a tener audiencia basada en la información privilegiada que manejaba.
La gran debilidad de Almeida N33, fue que cuando no lograba HACKEAR una cuenta, inventaba la información y en múltiples ocasiones hacia quedar a sus a jefes como mentirosos. Es así como Mario Silva se pelea fuertemente con N33, quien no duda en traicionarlo y decide, a partir de este momento, trabajar solo para Tareck El Aissami.
El jefe de la banda, Tareck El Aissami, es designado candidato a la gobernación al estado Aragua. Almeida N33 se sumó de inmediato al equipo de campaña. Dada la inmensa cantidad de dinero manejada en tal campaña electoral, Almeida dispuso de los recursos suficientes para actualizar sus equipos y reclutar una significativa cantidad de hackers a nivel nacional, a quienes reunía en Maracay, cerraba discotecas famosas y repartía dinero en sendas fiestas privadas que le financiaba el candidato. Tal red se dedicó a sustraer información de los adversarios de Tareck El Aissami, empresarios de la región, militares, políticos chavistas y opositores, convirtiendo toda esa información en una poderosa herramienta para el chantaje judicial, político y económico, llegando al extremo de involucrar a personas inocentes en investigaciones de su conveniencia, incluido ministros del momento como Delcy Rodríguez y Carmen Meléndez.
Ganando TEA la gobernación de Aragua, Almeida inicia su vida como comerciante formal sin abandonar sus prácticas delincuenciales de extorción y chantajes, ahora potenciadas por la protección del flamante gobernador.
El gran negocio
Almeida N33, junto al Feras El Assami, crearon la granja de criptominería más grande del país. La gran demanda de energía causó graves daños en la red eléctrica local, afectando a la población general en plena crisis nacional de CORPOELC. Ya con Tareck El Aissami como vicepresidente, extienden las granjas a nivel nacional, siendo la más conocida la del Fuerte Tiuna, que junto a la de Aragua ha rendido pingues beneficios a los compinches de Tareck.
Así comprendemos que la banda en cuestión plantee la creación de la SUNACRIP y posteriormente se apodere de ella con su delfín Joselit Ramírez, ya bien preso. Mientras Nicolás Maduro buscaba crear mecanismos de financiamiento para cubrir las necesidades del país, este grupo acumuló grandes fortunas en mercados como Dubái, Hong Kong, Omán y Suiza, provenientes de oro, minerales estratégicos, criptomonedas, entre otras fuentes.
Una vez El Aissami se apodera del ministerio de petróleo y PDVSA, dejando a su paso conspiraciones en contra de general Manuel Quevedo, Nelson Martínez y Rafael Ramírez. Almeida N33, Joselit Ramírez y Hugbel Roa, de la mano de su líder, y so pretexto de la evasión de sanciones, inician operaciones de desvíos de fondos derivados de las ventas de petróleo, productos derivados, desviación de cargamentos, contrabando, cuentas por cobrar, cuentas de la estatal hackeadas, para adueñase y ocultar grandes capitales proveniente de estas actividades y demás instituciones controladas por los compinches. A su vez que consolidaban su candidatura presidencial 2024, comprando empresarios cercanos a presidentes latinoamericanos (financiamiento de campañas), empresarios rusos y chinos que en teoría apoyarían la aparición de Tareck El Aissami como sucesor de Maduro.
Todo esto ocurre mientras millones de venezolanos migraron y los locales pasaban grandes necesidades, los empleados públicos, profesionales civiles y militares de distintos gremios son conminados a trabajar media semana y el resto rebuscarse.
El desvío de los recursos generados por las empresas de los venezolanos, fue de tal magnitud, que las cuentas no le cuadraban a Maduro, las mentiras en el palacio de Miraflores iban y venían, hasta que fue insostenible e inocultable el hueco de mas de 25.000 mil millones de dólares, que activó alertas internacionales de mercados financieros. Todo esto, sumado a las riquezas desbordantes exhibidas con descaro por los compinches de Tareck, desataron la razia contra la banda, de la cual queda mucho por descubrir, no en vano entre los allanamientos se encontró material POP y lista de militares de la red de Tareck El Aissami que hoy son objetivos de la DGCIM.
La gota que derramó el vaso
Juan Almeida N33, por intrusiones de El Aissami, se dedicó los últimos meses a espiar las comunicaciones de todos los miembros de la mesa de dialogo de México, siendo sus principales objetivos el honorable Gerardo Blyde y el presidente de la fraudulenta asamblea, Jorge Rodríguez, con el fin de sabotear las negociaciones que le eran vitales a su principal rival Nicolás Maduro, y de enterarse de información que desde haces meses se le era negada. Almeida N33 se extendió fuera de nuestras fronteras y espiaba muy de cerca al embajador de los Estados Unidos residente en Colombia, James Story, entre otros objetivos internacionales.
Cerramos este capítulo preguntándonos, ¿alguno de los actuales presidenciables se salvará de los sniffers de TEA y N33?