A 21 años del #11Abr, un día que marcó la historia contemporánea de Venezuela

A 21 años del #11Abr, un día que marcó la historia contemporánea de Venezuela

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Un día difícil de olvidar para los venezolanos, un suceso que marcó la historia contemporánea de Venezuela y que a 21 años sigue latente al convertirse en uno de los detonantes de la crisis que atraviesa el país.

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Aquel 11 de abril de 2002 es considerado por muchos como la “mayor expresión de la sociedad civil” ocurrida en los últimos tiempos, protesta que dejó un saldo de 19 muertos y un fallido golpe de Estado al entonces presidente, Hugo Chávez.

Todo lo ocurrido comenzó a gestarse meses antes, debido al anunció de Chávez de un acuerdo de cooperación con Cuba e inició su intervención en Pdvsa, hecho que generó un gran revuelo en la industria petrolera. Manifestaciones, llamados a paros y huelgas a nivel nacional fue la respuesta de los trabajadores ante dicha decisión.

En respuesta a ello, el 7 de abril de ese mismo año Chávez despidió en cadena nacional a siete altos ejecutivos de la estatal petrolera Pdvsa y dio la jubilación a otros 12, a quienes responsabilizó de la escalada del conflicto que desde hace seis semanas mantienen los trabajadores de la corporación.

 

 

“Ya está bueno. Una élite de Pdvsa se ha pasado de la línea” fueron las palabras de Chávez en aquella cadena nacional que se mantiene vigente en la mente de los venezolanos, siendo el comienzo de la destrucción de la industria petrolera en el país, que 21 años después se ve envuelta en casos de corrupción por parte de jeracas chavistas.

El mandatario, que anunció los despidos como si estuviera en un juego de fútbol, sonando un pito y diciendo “offside” (fuera de juego), agregó: “Se convirtieron en saboteadores de una empresa que es de todos los venezolanos“.

Los ejecutivos despedidos fueron Edy Ramírez, director gerente de la filial Palmaven; Juan Fernández, gerente de planificación y control de finanzas; Horacio Medina, gerente de estrategia de negociación; Gonzálo Feijoo, asesor mayor de estrategia de refinación; Edgar Quijano y Alfredo Gómez, asesores laborales de recursos humanos, y Carmen Elisa Hernández, analista de proyectos de Pdvsa Gas.

 

 

Fue este movimiento iniciado por los petroleros lo que influyó en otros sectores de la población y dio paso a las protestas que se generaron en los días siguientes, incluyendo la del 11 de abril.

¿Qué ocurrió el 11 de abril?

 

 

Ese día, en la marcha convocada por la patronal Fedecámaras, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y algunos dirigentes de organizaciones sociales, millones de venezolanos salieron a las calles para manifestar su descontento contra Chávez, quien para ese entonces comenzaba a mostrar señales de un gobierno lejos de la democracia.

Aunque, el punto final de la marcha era el edificio de Pdvsa en Chuao, una vez allí, los convocantes decidieron plantearse un nuevo rumbo: el Palacio de Miraflores.

Allí otro grupo, esta vez simpatizantes del oficialismo se concentraron en los alrededores para apoyarlo. Un encuentro que se convirtió en un choque directo entre ambos bandos políticos cerca del Puente Llaguno en el centro de Caracas.

 

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Lugar que fue escenario para una masacre. A esos de las 2.30pm se escucharon detonaciones cerca de la estación de Metro de Capitolio y cayó el primer herido en el lado opositor. Más detonaciones, con heridos y muertos, llevaron a los funcionarios de la entonces Policía Metropolitana (PM) a intervenir y abrir fuego al sitio de donde creían que venían los disparos.

 

 

Mientras todo esto ocurría en la ciudad capital, Chávez inició una cadena de radio y televisión, sin embargo los medios del país dividieron la pantalla para mostrar en paralelo los disturbios y violencia en Puente Llaguno. Una acción que también marcaría la historia de la televisión venezolana.

Comenzaron a caer las primeras víctimas del oficialismo y se inmortalizó la imagen de cuatro pistoleros desde el puente disparando hacia la marcha opositora. Al final, entre confusión y balas cruzadas, murieron 19 personas de ambas tendencias políticas, mientras 127 resultaron heridas.

 

 

Renuncia y regreso… de Chávez 

 

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Todo lo ocurrido en el país generó incertidumbre tras no conocerse en su totalidad lo que ocurría dentro de las filas del chavismo. Aquella madrugada del 12 abril se conoció la detención de Chávez y su traslado a Fuerte Tiuna. Fue el general en jefe de la Fuerza Armada Lucas Rincón Romero quien anunció que el presidente había renunciado.

“Los miembros del alto mando militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó”, anunció en aquella ocasión Lucas Rincón ante los medios del país.

 

 

Horas más tarde, en el Palacio de Miraflores Pedro Carmona Estanga se juramentaba presidente, asegurando que existía un vacío de poder pues tanto el vicepresidente Diosdado Cabello como la directiva chavista de la Asamblea Nacional se habían escondido. Sin embargo, el mandato del expresidente de Fedecámaras solo duró 47 horas.

 

 

Los sectores que habían apoyado el golpe de Estado no defendieron al gobierno de facto de Carmona y esto dio pie a que las zonas populares de la capital tomaran las calles y cerraran las vías de acceso a Caracas para exigir la libertad de Chávez.

Pero sería el general Raúl Isaías Baduel, comandante del batallón de paracaidistas del Ejército, quien inclinaría la balanza a favor de Chávez y ayudaría para lograr su regreso.

Es así, como en la noche del 13 de abril, Carmona renunció a la presidencia encargada y la madrugada del 14 Chávez fue liberado y regresó en helicóptero al Palacio de Miraflores. Ese día nacería una de las frases que ha acompañado al chavismo: “Todo 11 tiene su 13”.

 

 

Una herida que se mantiene abierta 

Tras los hechos ocurridos aquel 11 de abril, la sociedad venezolana quedó totalmente marcada, se convertiría en el detonante de la división política de la población venezolana y el muro a las protestas contra el gobierno chavista.

Con el tiempo el centro de la capital se convirtió en el sitio prohibido para la oposición venezolana, un hecho aupado por los traumas de Puente Llaguno y la hostilidad de colectivos oficialistas que se adueñaron de sus esquinas.

Asimismo, Chávez tampoco volvió a ser el mismo, a su regresó cerró filas a sus piezas más leales, volviéndose cada más intolerante a la disidencia dentro de su gobierno. Además, marcó el inicio de la militarización de las instituciones y los poderes públicos se sometieron a las órdenes del Ejecutivo.

Mientras tanto, los familiares de las 19 víctimas todavía esperan justicia. Los policías metropolitanos fueron juzgados por la muerte de Erasmo Sánchez y Rudy Urbano Duque, pero nunca se supo quiénes fueron los asesinos de los otros 17 caídos.

Las heridas se abren nuevamente cada 11 de abril sin tener claro que fue lo que ocurrió aquel día que marcó a una sociedad que aún llora sus víctimas.