Muchos buscadores de tesoros, entre ellos el novato explorador británico Dean Young, pasaron alrededor de 20 años sobrevolando con sus detectores de metales un campo de West Essex y nunca hallaron nada. Hasta que un día, extrañamente, sonó la alarma.
Por: Clarín
Hacia el final de una exhaustiva jornada de exploración como cualquier otra, Young, de 47 años, descubrió un anillo de oro macizo de 1400 años de antigüedad enterrado quince centímetros bajo tierra.
Se trata de un “dedo aplastado” de 20 mm de grosor, 35 mm de ancho y 7 gramos recubierto de granates rojos que forman una estrella de cuatro puntas alrededor de una “misteriosa” joya blanca.
“Pensé que era un poco de lámina de oro, lo recogí y pensé ‘eso es pesado’. “Vi los detalles y quedé absolutamente atónito, no podía creerlo, supe de inmediato que era algo especial. Le mostré a mi amigo que simplemente me agarró y dijo ‘¡qué has hecho!'”, contó el afortunado a The Sun.
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