Durante mucho tiempo, las mujeres relacionadas con la poderosa mafia italiana de la Cosa Nostra nacían para convertirse en viudas, mostradas en el cine como madonas cubiertas por velos negros, dignas y dolorosas, que encabezaban cortejos fúnebres, pero la realidad es más compleja y la detención, el pasado 3 de marzo, de Rosalia Messina Denaro, “La Padrina”, esclarece el lugar activo que muchas de ellas ocupan hoy, especialmente cuando los hombres están escondidos, encarcelados o muertos.
Por: El Heraldo
Rosalia “La Padrina”, de 67 años, es descrita por la Fiscalía de Palermo como una mujer de tradiciones “totalmente impregnadas de una cultura mafiosa ortodoxa y granítica”. Hermana de Matteo Messina Denaro, último gran padrino de la Cosa Nostra detenido a mediados de enero luego de 30 años en fuga, fue por ella y pese a ella, por lo que el hombre más buscado de Italia, terminó detenido.
La Rosalia estaba encargada de transmitir los “pizzini”, esos pequeños textos manuscritos que pasan de mano en mano y donde se escriben las órdenes a los socios o mensajes personales.
Estamos perseguidos como canallas, tratados como si no perteneciéramos a la raza humana. Somos una etnia a la que se busca erradicar”, escribe Matteo Messina Denaro en uno de esos papelitos hallados en la casa de Rosalía por los investigadores, según la orden de captura de la Fiscalía de Palermo, y consultada por un periodista de la prestigiosa agencia AFP.
Una cultura mafiosa ortodoxa
En otro papel puede verse el saldo mensual de la “caja” familiar alimentada por las actividades ilegales, y que se destina a pagar los gastos cotidianos, la comida de los detenidos y los gastos judiciales: “Saldo final noviembre de 2011 – 81.970 euros”.
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