La prevalencia del Helicobacter pylori es alta tanto en Venezuela -65 por ciento- como a nivel mundial, así lo advierte el Dr. César Louis, gastroenterólogo del Hospital de Clínicas Caracas y Centro Médico Docente la Trinidad, así como catedrático de Clínica Gastroenterológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV). “Se trata de una bacteria que necesita poco oxígeno para vivir y se aloja en el estómago, colonizándolo, es decir sin hacer daño.
Sin embargo, en algunos casos se vuelve patógena y en otros no, dependiendo de las características de la bacteria, por ello hay que estar alerta. Es más frecuente en regiones vulnerables, con saneamiento y agua potable deficientes, por ello sus altas tasas de prevalencia. Se estima que la mitad de la población mundial podría tener esta bacteria, cuya aparición aumenta con la edad y en estratos socioeconómicos bajos”, comentó.
En primera instancia, es importante destacar: “El Helicobacter pylori (Hp) no produce síntomas per se. Es una enfermedad infecciosa con la cual puedes convivir durante años, sin que se exprese clínicamente, ya que generalmente se contrae en la infancia. Sin embargo, si se tienen síntomas en la esfera gastrointestinal superior, cómo ardor o dolor la boca del estómago, náuseas, vómitos, saciedad temprana, llenura postprandial, eructos, hipo, distensión, hay que acudir de inmediato al especialista, pues habría que descartar enfermedades que podrían tener su origen en la bacteria”. Entre las patologías que se presentan con diversos grados de inflamación se encuentran:
Enfermedad Úlcero Péptica que incluye: Gastritis, Duodenitis, Úlcera Gástrica y Úlcera Duodenal. Cáncer: MALToma y Cáncer Gástrico -adenocarcinoma-.
“Estas enfermedades podrían desarrollarse y son ellas las que producen la sintomatología, no el Helicobacter pylori propiamente. Los síntomas son producto de las patologías, no de la infección -que sería la causa-”, explica el especialista.
Prevención, diagnóstico y monitoreo
Existen múltiples métodos de diagnóstico para el Helicobacter pylori. Estudios invasivos, que requieren toma de biopsia y no invasivos. Entre los invasivos está la endoscopia digestiva superior con biopsia; determinación de Reacción en cadena de polimerasa (PCR); test rápido de Ureasa, etc. En los no invasivos se pueden practicar: Test de aliento, determinación de anticuerpos en sangre, orina y saliva; prueba de heces y pruebas genéticas especiales. El médico determinará, previa evaluación del paciente, si necesita un diagnóstico preciso y cuál de las pruebas es la más conveniente para su condición, si fuera el caso.
El Dr. Louis hace hincapié en que “hay que generar conciencia en la población. Siempre debe ser el médico quien indicará el tratamiento, previa evaluación y seguramente, si el paciente presenta síntomas. Si se descubre el Helicobacter pilory hay que erradicarlo con antibióticos, pero nunca automedicarse. Para evitar la propagación, dado que la trasmisión es oral-fecal y oral-oral, hay que lavar muy bien los alimentos, atender dónde y cómo los ingerimos, consumir agua potable y cuidar todas las medidas de higiene posibles en casa”.
El tratamiento para la infección por Helicobacter pylori requiere antibióticos. Sobre este tema, el Dr. Louis explica que: “La terapia de primera línea aprobada por la mayoría de las agencias regulatorias de los países, incluyen Inhibidor de Bomba de Protones y dos antibióticos. Si la prueba diagnóstica arroja presencia de Hp en el estómago, hay que tratarlo”, confirma el galeno. La terapia triple está aprobada por la Food and Drug Administration (FDA). Además, de acuerdo al American Journal Gastroenterology (2017) es la primera línea para el tratamiento, según la última pauta dictada por esta sociedad. “Y dependiendo de la resistencia bacteriana a algunos antibióticos, esta terapia triple puede ser modificada en el tipo de antibióticos, inclusive utilizarse terapias cuádruples”, concluye el gastroenterólogo.
Pharmetique Unidad de Medicamentos de Cuidados Primarios trabaja articuladamente con médicos especialistas y comunidad médica de distintas áreas, en la creación de programas de bienestar y educación para pacientes. El objetivo es apoyar a las personas y a la comunidad en general, a través de campañas educativas que contribuyan con la formación, cuidado y preservación de la calidad de vida. Siempre respetando el mensaje más importante: no automedicarse y consultar al especialista.