El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció este jueves un posible acuerdo para que el Gobierno venda el polémico avión presidencial que él oferta desde el inicio del actual sexenio.
“Hay un acuerdo, o sea, se estaba viendo, pero todavía no sé si ya se firmó, entonces vamos a esperarnos, pero sí hay esa posibilidad”, declaró el mandatario en su rueda de prensa matutina.
Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2018, López Obrador ha intentando vender el Boeing 787 adquirido por el presidente Felipe Calderón (2006-2012) por un controvertido precio de 218,7 millones de dólares, pero que llegó a México en 2016 durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018)
López Obrador, quien incluso intentó rifar el vehículo en la Lotería Nacional en 2020, ha alegado en diversas ocasiones que la aeronave es “muy lujosa” y “muy extravagante”, por lo que su Gobierno no ha podido venderla, aunque fue una de las principales promesas de su campaña.
“Lo del avión se está viendo, hay la posibilidad de que se venda, no puedo decir más, solo que al obtenerse ese recurso, se va a destinar para dos hospitales, uno en Tlapa, en la montaña de Guerrero, que es la zona más pobre del país, y otro en Tuxtepec, en Oaxaca”, dijo ahora en su rueda de prensa.
La última vez que habló sobre un posible comprador fue en junio pasado, cuando afirmó que el Gobierno de Argentina estaba interesado en la aeronave.
Ahora no reveló detalles del interesado.
“No puedo hablar más. De todas formas, se venda o no se venda el avión, esos hospitales los vamos a hacer, pero sí me gustaría que ese dinero se destinara a esos dos hospitales”, señaló.
El mandatario, quien promueve una imagen de austeridad en el Gobierno, ha optado por no usar el avión y viajar en vuelos comerciales, además de prohibir a funcionarios públicos que lo utilicen.
La aeronave está en manos del Ejército mexicano, que la almacena en la base militar área de Santa Lucía, al norte de Ciudad de México, donde el Gobierno ha ofrecido alquilarlo para bodas, cumpleaños y eventos corporativos.
EFE