Con carritos improvisados y huyendo de los funcionarios policiales, los trabajadores informales del centro de San Cristóbal siguen intentando ganarse la vida, motivo por el cual exigen al alcalde de San Cristóbal, Silfredo Zambrano, que les ofrezca una respuesta de reubicación para seguir laborando.
Por Anggy Polanco / Corresponsalía lapatilla.com
El 80% de los comerciantes informales del centro de la capital del Táchira son mujeres, otro grupo de afectados son adultos mayores con discapacidad.
Luz Rodríguez, representante del Sindicato Único de Vendedores Ambulantes, Similares y Conexos del Estado Táchira (Suvaceta), expuso que a lo largo de lo que va de 2023, han venido tocando la puerta al alcalde para solicitarle una mesa de trabajo, en vista de que más de 400 comerciantes requieren de una reubicación y al mismo tiempo necesitan seguir laborando para llevar el alimento a sus hogares, ya que no pueden llegar a sus casas con las manos vacías en medio de una difícil situación económica que afronta Venezuela.
“Entre nosotros hay abogados, hay profesores y personas que trabajan para la administración pública”, expresó Rodríguez, quien recordó que llevan 5 semanas de haber sido desalojados de dos puntos del centro de San Cristóbal.
Recordó que en 2013 se hizo un trabajo con una mesa multidisciplinaria, donde estaban los entes importantes del estado, cuando pudieron llegar a un equilibrio entre el comercio formal, el peatón y el comercio informal.
Adicionalmente, en el año 2010, representantes de Suvaceta acudieron a instancias en Caracas y lograron que bajaran recursos para la construcción de un sitio destinado para la economía informal, cuyo proyecto se denominó “La Ciudad de la Cordialidad”, del cual solo construyeron dos columnas y dos rampas.
El resto del dinero no saben qué se hizo, mientras que en la alcaldía, la Oficina de Espacios Públicos dice que no tiene recursos y no pueden continuar con el mencionado proyecto.
“Hemos armado una carretica, de manera que cuando venga la policía municipal, correr, pero aunque sea hay que recoger 15.000 pesos al día”, dijo Luz.
Deicy Gómez es una educadora que comparte su tiempo laboral vendiendo quincallería en las calles del centro de San Cristóbal desde hace cuatro años, ante los bajos ingresos que percibe en la administración pública.
“Alcalde, tiene que escucharnos, todos necesitamos”, dijo Gómez, quien mantiene a su familia con la buhonería,debido a que le da más dividendos que ser maestra.
“Nos ha tocado guerrear en la calle, correr de la policía, trabajar con cositas en la mano, ir y venir, porque estamos muy necesitados”, manifestó Mayra Orozco, quien vende pantalones en las calles de San Cristóbal, por lo que ahora se quedó sin un medio de sustento para brindarle alimentos a sus tres hijos y a su padre de la tercera edad.
Aseguró que de haber fuentes de empleos con sueldos dignos, la mayoría de las personas no necesitaría rebuscarse en las calles de San Cristóbal para sobrevivir.
“Queremos seguir subsistiendo en nuestro país, y salir adelante en nuestro país, queremos que el Gobierno, este o el que venga, nos cree condiciones para salir adelante. Nosotros no queremos estar toda la vida en la calle, bajo el sol y al agua”, refirió. Orozco.