El exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se encuentra de visita en Birmania, que vive una escalada de violencia en las últimas semanas y se encuentra sumido en el conflicto y la semianarquía a raíz del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.
Ban Ki-moon llegó el domingo a Naypyidó, donde fue recibido por el viceministro de Defensa del régimen militar, Aung Lin Tun, y el viceministro de Exteriores de los generales, U Kyaw Myo Htut, informó hoy el diario oficialista birmano The Global New Light of Myanmar, vinculado a los militares,
Ban es miembro de un grupo independiente llamado “The Elders” (Los Mayores), fundado por Nelson Mandela en 2007 y que trabaja en defensa de la paz y los derechos humanos.
Se desconoce por el momento cuál es la agenda del exsecretario de la ONU en Birmania, una visita que se produce en plena escalada de violencia en el país, donde un bombardeo del Ejército contra un acto de la oposición el pasado 11 de abril dejó al menos 168 muertos, entre ellos 40 menores, el ataque más sangriento del que se tiene constancia desde la asonada.
La aparición de Ban en Birmania coincide con el incremento de los llamamientos para una mayor implicación internacional en la crisis birmana, con el grupo de parlamentarios por los derechos humanos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) urgiendo hoy a esta organización en un comunicado a que adopte una postura más firme ante el fracaso de su plan acordado hace dos años.
El mismo consta de cinco puntos, que fueron pactados en abril de 2021 con la junta militar durante una cumbre en Yakarta e incluyen el fin de la violencia y el diálogo entre todas las partes implicadas en el conflicto, entre otros.
La ASEAN, fundada en 1967, está formada por Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Vietnam y Birmania, y celebrará una cumbre de líderes entre los próximos 6 y 11 de mayo en Labuan Bajo (Indonesia), donde se espera que el conflicto en Birmania ocupe un papel central.
La ONU denunció en marzo que más de 3.000 civiles han sido asesinados, 1,3 millones han tenido que abandonar sus hogares y 16.000 se han convertido en presos políticos desde el golpe, entre ellos la líder de facto del Gobierno civil derrocado por los generales, la nobel de la paz Aung San Suu Kyi. EFE