La defensa del expresidente Donald Trump cuestionó este martes la credibilidad del relato de la mujer que denunció haber sido violada por él en el probador de unos grandes almacenes en la Quinta Avenida de Nueva York, asegurando que le mueven intereses políticos y monetarios, según relataron desde dentro de la sala varios periodistas especializados en asuntos judiciales.
El abogado de Trump, Joe Tacopina, puso en duda incluso los detalles de aquellos hechos, aludiendo a que la violación duró tres minutos, e interpeló al jurado: “Si yo me callo durante tres minutos, ustedes verían qué tan largo es eso (…) Jean Carroll no puede presentar pruebas en apoyo a su denuncia porque nunca sucedió”, dijo.
Trump no se presentó, como ya estaba previsto, en esta primera sesión en la que se eligió a un jurado de seis hombres y tres mujeres que, por orden del juez Lewis Kaplan, deben permanecer en el anonimato: Kaplan les recomendó no comunicarse ni siquiera sus verdaderos nombres entre ellos y no revelar ni a sus familiares cuál es el juicio en el que participan.
La que sí asistió fue Carroll, una mujer de 79 años que en alguna ocasión confesó que no ha vuelto a tener relaciones sexuales desde su violación, un delito que en su momento no denunció ante la policía pero dio a conocer a dos amigas que posiblemente asistirán como testigos en este proceso.
Tacopina, que descartó que Trump vaya a asistir al juicio -el juez le permitió no hacerlo-, pintó así las motivaciones de Carroll: Es una de esas “personas con una tendencia política. Personas con un motivo financiero. Y personas que quieren estar bajo la luz de los focos. Son quienes inventarían una historia enfermiza como esta”.
Por si no quedaban dudas, añadió que Carroll y sus amigas “odian a Donald Trump”.
“La gente -argumentó- tiene sentimientos muy radicales con respecto a Trump, de un modo u otro. No pasa nada por sentirte como te sientas, puedes odiar a Donald Trump, está bien (…) Pero si nadie está por encima de la ley, nadie está por debajo de la ley”, insistió.
Tacopina añadió otro detalle: recordó que Carroll era una escritora y que tenía un diario personal, pero “nunca escribió en su diario haber sido supuestamente violada por Donald Trump”.
Antes de Tacopina, había tomado la palabra el abogado de Carroll, Shawn Crowley, quien comenzó describiendo gráficamente el momento en que Trump y Carroll se encontraron en la puerta de unos grandes almacenes y cómo él la convenció de acompañarla al probador para, supuestamente, que se probara una prenda que él iba a regalar a una amiga.
“En cuanto estuvieron dentro, todo cambió. De repente, ya no era divertido. Donald Trump empujó a la Sra. Carroll contra la pared. Apretó sus labios contra los de ella. Y aunque ella luchó para zafarse, no pudo. Trump le doblaba casi en tamaño; la agarró el brazo, le bajo las medias y la violó”, relató.
Crowley trató ya hoy de adelantarse a lo que pueden ser los argumentos contrarios: ¿Por qué no lo denunció entonces? Porque su amiga Carol Martin le sugirió callarse. “Según ella, Trump era un hombre demasiado poderoso” que disponía de “cientos de abogados” capaces de “enterrarla” si se atrevía a denunciarlo.
Pero “esto no es un caso de ‘él dijo esto, y ella lo otro”, como demuestra el hecho que haya dos mujeres cuyo testimonio coincidente probará los hechos, argumentó.
Sobre por qué Carroll lo siguió al probador, el abogado dijo que ella no lo veía como una amenaza, sino más bien como “todo un carácter”, y luego, tras lo sucedido, se culpó a sí misma de los hechos.
Y respecto a las famosas palabras de Trump con las que en un primer momento él negó cualquier relación con Carroll -“no es mi tipo”, dijo-, Crawley se dirigió al jurado: “Todos sabemos lo que significa eso: que era demasiado fea para violarla”.
Pero también eso fue desmentido por Crawley, quien aseguró que Trump dijo en una ocasión que había confundido a Carroll con su exmujer Marla Maples, “de donde ustedes pueden ver que Carroll era exactamente su tipo” de mujer. /EFE