De acuerdo con la OMS, Venezuela, Colombia y Brasil agrupan el 79 % de los casos de toda la región. Médicos Sin Fronteras trabaja agilizando diagnósticos y tratamientos seguros en algunas de las comunidades más vulnerables de la región.
Un quejido agudo precedió el llanto. Lina María Becheche, indígena embera de un año, cachetona y de ojos grandes y redondos, había seguido atenta, sobre las piernas de su madre, cada uno de los movimientos de Luis Alberto Zarco, el agente de salud comunitario de Puerto Alegre (en Alto Baudó, Chocó, el cual es uno de los departamentos con más necesidades básicas insatisfechas en Colombia), hasta que le pinchó el dedo índice derecho con una aguja. Entonces lloró. Luego, el agente tomó algunas gotas de sangre y las puso sobre una prueba rápida. Lina María dio positivo para malaria.
El casete, muy parecido a una prueba casera de embarazo, reposa sobre una mesa desgastada de plástico, ubicada en la entrada de una casa de madera a tres horas por río del puesto de salud más cercano y a casi un día entre ríos y trochas del Hospital San Francisco de Asís, el único de segundo nivel del departamento. A medida que pasan los minutos, se acentúa la línea que marca positivo para vivax, uno de los tipos de malaria más comunes. Eso explica los tres días de fiebre por los que Solandi, mujer embera de 18 años y mamá de la niña, decidió traerla con Luis Alberto.
La malaria (o paludismo) es una enfermedad causada por el parásito Plasmodium, el cual es trasmitido por la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir fiebre, vómito y/o dolor de cabeza. Los parásitos Plasmodium vivax y P. falciparum son los más comunes en la malaria, mientras que la P. malariae y P. ovale son parásitos menos conocidos. De todos estos, la infección adquirida por P. falciparum es la más fatal si no es tratada a tiempo y podría tener serias complicaciones renales y cerebrales, e inclusive la muerte.
Por eso Luis Alberto celebra que la niña haya podido ser diagnosticada a tiempo. “A la comunidad de Puerto Alegre llegó Lina María Becheche de un año, lleva tres días con fiebre y salió positiva para vivax”, dice al teléfono. Del otro lado lo atiende un enfermero de Médicos Sin Fronteras (MSF), organización que lo capacitó como agente comunitario para poder detectar signos de alarma y remitir a quienes lo requieran al puesto de salud de Pie de Pató, la cabecera urbana de Alto Baudó.
Chocó ha sido una de las regiones endémicas con mayor transmisión de malaria en el país. Además de que está ubicada en una de las zonas más húmedas del planeta, actividades como la explotación minera y maderera generan condiciones ideales para la propagación del mosquito. A su vez, en estas zonas rurales dispersas, afectadas por el conflicto, no es frecuente el uso de toldillos o el control de pozos de agua, los cuales muchas veces se convierten en criaderos de mosquitos.
Por eso, en la región del Medio y Alto Baudó, MSF está capacitando a 50 agentes y promotores de salud que implementan paquetes preventivos y curativos en sus comunidades. Los agentes están en comunicación continua con auxiliares de enfermería, médicos y trabajadoras sociales que les brindan apoyo cuando los pacientes requieren remisión a centros de salud del departamento.
En el transcurso de 2023, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Colombia, se han registrado 17.974 casos de malaria. Más del 50% se presentaron en comunidades indígenas y afrodescendientes. Justamente, el departamento del Chocó es el que registra el mayor número de casos, con el 30%. Le siguen otros departamentos que por su ubicación geográfica y problemas en el acceso a la salud son propensos a la propagación de mosquitos: Córdoba con el 20%, Antioquia con el 17% y Nariño con el 10% de los diagnósticos. Con porcentajes menores están Risaralda, Guaviare, Cauca y Bolívar.
Del total de los casos a nivel nacional, solo 429 corresponden a malaria complicada, es decir, aquella que en pocas horas puede convertirse en una enfermedad muy grave. En el 69% de los casos predomina la infección por Plasmodium vivax, seguida por Plasmodium falciparum, con 30%, e infección mixta, con 0,9%.
En 2022, el panorama fue similar. Hasta mediados de abril de ese año, el país registraba 17.014 casos y cerró con un total de 71.573. De estos últimos, 1.385 correspondieron a malaria complicada. El año pasado, los departamentos con más casos fueron Chocó (33%), Nariño (14%), Córdoba (13%), Antioquia (10%) y Guainía (6,4%
La malaria en Venezuela
Hasta el puesto ambulatorio de “Amigos para la Salud” de MSF en el estado Anzoátegui, al norte de Venezuela, llegó Egriselys, una mujer con discapacidad auditiva, acompañada de su esposo Marcos. Egriselys se sentía mal desde hace unos días: tenía fiebre y malestar. Ambos salieron de casa desde muy temprano a tomar el transporte público para llegar al ambulatorio. Hace dos meses le dio paludismo mixto, se tomó el tratamiento, pero nuevamente recayó.
“Los síntomas volvieron, y nuestros temores se hicieron realidad cuando los doctores de Médicos sin Fronteras confirmaron que tenía malaria nuevamente”, contó Marcos. Como Egriselys es sorda, la comunicación con el personal médico fue un gran desafío, especialmente con el uso de tapabocas. Pero Marcos estaba allí para apoyarla, “para ser sus oídos y su voz. Juntos, pudimos seguir las instrucciones del personal médico y recibir el tratamiento completo, además de un mosquitero para protegernos de futuras picaduras de mosquitos”, explica él.
En Venezuela, uno de los países en donde se ha presentado una importante disminución de casos, MSF también trabaja en el Municipio Sifontes del estado de Bolívar, al sureste del país, en una zona minera en donde prolifera el mosquito que transmite esta enfermedad.
Allí trabajamos en conjunto con las autoridades locales a través de tres ejes: diagnóstico y tratamiento, control vectorial y promoción de la salud. En 2022, en los diversos proyectos que la organización tiene en el país, se realizaron 75.760 pruebas de malaria, se detectaron y trataron 19.798 casos y, su vez, se realizaron 51 capacitaciones para diagnóstico de la enfermedad, mientras que se distribuyeron 78.490 mosquiteros y se hicieron 11.420 fumigaciones.
La situación en la región
De acuerdo con el Informe Mundial de Malaria 2022, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los 17 países de la región de las Américas representan un 0,2% de los casos de malaria en el mundo. Venezuela, Colombia y Brasil representaron cerca del 79% de todos los casos en la región, de acuerdo con el informe.
Vale la pena señalar que entre 2020 y 2021, la incidencia de casos de malaria se redujo de 14,1 a 4,2 casos por cada mil habitantes en riesgo en las Américas. En esos años, el total de casos de malaria pasó de 1,5 millones a 600 mil y el total de muertes por esta enfermedad disminuyó en un 64%, pasando de 919 a 334 en el lapso señalado.
A pesar de los progresos, en los últimos años dos países presentaron incrementos importantes en los casos de malaria, principalmente en el periodo de 2019 y 2021: Honduras (pasó de 444 a 2.290) y Panamá (pasó de 1.849 a 4.585). Por otro lado, entre 2019 y 2021, los países en donde se presentaron reducciones sustanciales de casos fueron Venezuela (-263.000), Perú (-22.000), Brasil (-17.000) y Colombia (-17.000).
Nota de prensa