En estado de emergencia se declararon los comerciantes e industriales del municipio fronterizo del Táchira, Pedro María Ureña, pues ya no soportan más los prolongados apagones y millonarias facturas que envían Hidrosuroeste y Corpoelec sin disfrutar de los servicios.
Anggy Polanco // Corresponsalía lapatilla.com
Es por eso que, agobiados por la crisis que afrontan, este miércoles marcharon desde Cruz de la Misión de la localidad fronteriza, hasta la sede de la Cámara de Industria y Comercio de Ureña (Cicu). La protesta fue encabezada por los representantes de la Cámara de Comercio de Ureña y acompañados por el sector empresarial local.
Aseguran que los constantes apagones están ocasionando retrasos en las jornadas laborales y están despidiendo al personal, porque adicionalmente en la localidad hay disminución de las ventas de un 80%.
Mónica Ochoa, presidenta de la Cámara de Industria y Comercio de Ureña (Cicu), expuso que el problema de los servicios públicos afecta a todos los sectores productivos y expresó inconformidad con las altas tarifas de los servicios públicos, específicamente de Corpoelec e Hidrosuroeste.
De acuerdo con un estudio relacionado con la energía eléctrica y efectuado por el gremio, se determinó que los precios de los servicios de agua y luz se han incrementado en al menos un 1000%.
Los cortes eléctricos sin programación que vienen ocurriendo en Ureña, están afectando la productividad, por lo que el gremio exige que informen los horarios para los racionamientos eléctricos.
En cuanto al agua, en Ureña gran parte de las comunidades no recibe el agua por tuberías, sino que obligatoriamente compran carros-tanques para suplir la necesidad de las empresas, mientras tanto las facturas siguen llegando como si el servicio se disfrutara plenamente.
“Hemos pedido que se instalen medidores, porque hay empresas que tienen 15 años que no reciben servicio de agua, y puede que a algunas empresas les llegue solo por 15 minutos, pero lo justo es que se cobre por un servicio que se está disfrutando“, añadió la empresaria.
Gregorio Benitez, vicepresidente de la Cicu, resumió que las fábricas tienen bancos transformadores de reserva que les asignan una carga que deben pagarla, la usen o no, (no es por consumo) cuyo costo por KVA es de 1.5 dólares, por lo que el promedio mensual del recibo es de 1.500 dólares
Los comerciantes están luchando para que este sistema cambie y Corpoelec no les cobre si no usan la electricidad. “Hay empresas que tienen contratadas 1.000 KVA, cerca de 1.500, ¿sin actividad económica? Creo que es algo injusto en este momento para la situación que cada uno de los empresarios está viviendo”, detalló Benítez.
Aunque dejó claro que son conscientes en que deben pagar los servicios, pero piden a Corpoelec que sean justos en los cobros en las tarifas, por lo que instó a que realicen un estudio socioeconómico de los establecimientos.
Recordó que la economía venezolana se encuentra en una recesión en este momento y las ventas han bajado en un 80%. Es complicado soportar al mismo tiempo largos cortes eléctricos y seguir pagando los salarios a los empleados, motivo por el cual están obligados a reducir el personal.
