Angela Kelly fue una de las personas más cercanas de la fallecida monarca, pero ahora el rey Carlos III y la Familia Real le dieron un portazo en la cara
Mientras la reina Isabel II estuvo viva, ningún miembro de la realeza osó a tocar a Angela Kelly (65). Muerta la reina, la asistente más cercana que tuvo la dignataria británica ha sido despojada, humillada y marginada del entorno monárquico.
Por Latfan
Quien fuera la confidente de Isabel II y una de sus asesoras de vestuario más relevantes durante dos décadas, fue conminada por los funcionarios de Buckingham a abandonar la pequeña casa que la reina le había cedido para que viviera hasta que muriera. La construcción era más bien modesta, pero estaba muy cerca del castillo de Windsor, y en su momento fuentes cercanas aseguraron que el deseo de la reina era que Angela permaneciera allí hasta cuando quisiera.
Pero el rey Carlos III no quiso y mandó a que la desocupara de inmediato, debiéndose ir a su casa en Berkshire, a 200 km de Windsor. No solo eso, también le fue desconectado el teléfono móvil que tenía y con el que se contactaba con Isabel II, cada vez que ella la llamaba.