Mucho se habla desde hace años del reparto de la Champions League. Una competición, la que más dinero mueve del fútbol de clubes y que auspicia a sus dos hermanas pequeñas, la Europa League y la recién nacida Conference League. Un torneo de prestigio y un negocio, también, que la próxima temporada ya superará los 3.700 millones de euros de facturación. Una de las críticas de los promotores de la Superliga es un reparto en el que el organismo que preside Aleksander Ceferin se queda con un trozo del pastel mayor del que consideran que le corresponde. Sin embargo, los datos evidencian que, mientras el negocio de la Champions ha ido en constante aumento, el porcentaje de la cuota que se queda la UEFA como organizador (para reinvertirlo de nuevo en el fútbol) sigue inamovible: un 5,5% y no más.
Por El Confidencial
Esta temporada, por ejemplo, se queda con 202,7 millones, a lo que se añaden los 309,8 millones que cuesta organizar los tres torneos y el fin de fiesta, la Supercopa de Europa. Este 5,5% del negocio se destina a otras competiciones, a cofinanciar programas de desarrollo del fútbol y planes educativos ligados al deporte rey, así como para cubrir los costes administrativos de la propia UEFA.
Los clubes participantes no han de asumir ni un euro de la organización y se reparten un 79% del negocio, con 2.914 millones de euros esta temporada. El incremento se ha disparado un 15% tras la pandemia, sumando más de 400 millones de euros a la bolsa de premios. El pico del negocio —y del reparto— llegará en 2023-2024, la última con el actual formato de competición, cuando se distribuirán 2.937 millones solo entre los equipos que disputen competición europea, según los datos aportados por la UEFA en su último informe financiero.
Los clubes participantes en competiciones europeas se reparten un 79% del negocio
Para poder elevar el reparto, la Champions y sus hermanas pequeñas han logrado incrementar sus ingresos hasta un 16% en el último lustro. Solo los derechos audiovisuales han crecido un 15%, hasta superar por vez primera los 3.000 millones de euros. Más han crecido los patrocinios, con un alza del 18%, hasta derribar la barrera de los 500 millones. El próximo año, la tele aportará 3.120 millones, y los patrocinios, 541 millones. Hitos que también se evidencian en los estadios: el ticketing —entradas ordinarias— se prevé que alcance los 34 millones en 2023-2024, frente a los 20 millones que aportaba hace apenas cinco años, mientras que los hospitality —zonas vip, principalmente— ya superarán los 31 millones, un 39% más respecto a 2018-2019.
Mientras, los gastos de gestión, asumidos por la UEFA, se han fijado sistemáticamente en el 8,5% de la cifra de negocio, que en 2021-2022 alcanzó los 3.611,8 millones de euros. El resto del reparto se va por dos vías: una nueva, creada por Ceferin en 2021 y que supone aportar 10 millones anuales a la Champions femenina —con lo que muchos de los grandes clubes también reciben dinero por esta vía— y el restante, un 7%, a pagos de solidaridad. Ergo, también a clubes, aunque sean de menor categoría. Esta partida, gracias al incremento de los ingresos de las competiciones, rozará los 261 millones de euros la próxima temporada, 40 millones más que hace solo tres años.
El campeón Real Madrid, 134 millones
Como sucede en las ligas nacionales y en los Mundiales, en la Champions también tiene la televisión la mejor carta de la baraja. Los grandes grupos audiovisuales que emiten el torneo en los cinco continentes aportan el 84% de la facturación total, un porcentaje que podría seguir creciendo en el próximo ciclo a la vista de los contratos millonarios que ha firmado la UEFA en mercados estratégicos como el norteamericano. En Estados Unidos, la CBS pagará 1.500 millones de dólares entre 2024 y 2030, lo que supone revalorizar el contrato un 66% respecto al actual.
Con ello, los equipos cobrarán más, si bien no se prevé que acalle las quejas de los dirigentes de algunos grandes clubes. ¿Por qué? Sencillo. El reparto no es igual al negocio generado. Porque si la Champions aporta un 85% de los ingresos, y la Europa League y la Conference League juntas no alcancen el 15%, la UEFA no distribuye a igual porcentaje este dinero. Por la segunda y tercera competición —que, de facto, penden de la Champions, puesto que quien compra los derechos de TV de la Champions también se suele quedar con estos dos torneos—, la UEFA facturará 489,8 millones, sin embargo, repartirá 752,5 millones entre sus clubes. Este es uno de los criterios que los críticos con el modelo actual no comparten.
Para seguir leyendo, clic AQUÍ.