El Everest espera una cifra récord de escaladores esta temporada, con un millar de personas que aspiran a alcanzar los 8.849 metros de la cima más alta del mundo, en una costosa y peligrosa ascensión debido a las aglomeraciones y el cambio climático.
Un alpinista estadounidense de 69 años murió el lunes, la primera muerte de un escalador extranjero en la temporada.
“Porque está ahí”
El Everest, llamado Sagarmatha en Nepal y Chomolungma en Tíbet, ha despertado la imaginación de los alpinistas desde que fue identificado como el pico más alto del mundo.
La primera expedición la realizaron en 1921 un grupo de británicos, pero hicieron falta 32 años y varias expediciones más para que los alpinistas Tenzing Norgay, de Nepal, y Edmund Hillary, de Nueva Zelanda, lograran llegar al “Techo del mundo”.
Cuando en 1923, al alpinista británico George Mallory, le preguntaron qué motivaba su deseo de escalar el Everest, respondió lacónicamente: “porque está ahí”.
Setenta años después, multitudes de escaladores se agolpan cada año más y más en las laderas de la mítica montaña. En total, más de 6.000 escaladores han llegado a la cumbre, la mayoría en los últimos veinte años.
“El Everest es la montaña más alta y es desde la cima del Everest donde tu mensaje puede llamar más la atención”, dijo a AFP el alpinista , Hari Budha Magar, un exsoldado gurkha, amputado de las dos piernas, que subió para sensibilizar al público sobre las discapacidades.
Ascensión de lujo
El costo de la ascensión varía entre los 45.000 y los 200.000 dólares (41.000 y 182.000 euros), según los servicios que se quieran, este valor incluye el permiso oficial, que es de 11.000 dólares, viaje, seguro, equipo, material y, por supuesto, los guías.
Según Pasang Sherpa de Pioneer Adventures, los costos han aumentado en los últimos años porque los escaladores quieren la mejor experiencia.
“La gran diferencia hoy es que las empresas tienen que competir para ofrecer los mejores servicios a sus clientes”, dijo.
En el campo base, los alpinistas pueden ahora disfrutar de comidas de calidad o conexión wi-fi para estar en contacto con sus familias y aparecer en las redes sociales, entre otros servicios impensables a finales del siglo pasado.
Montañas inestables
La ascensión al Everest no es actualmente menos peligrosa. Más de 300 personas han muerto desde que comenzó la historia de la escalada de la montaña, según la base de datos Himalayan.
La temporada empezó trágicamente este año con la muerte de tres escaladores nepaleses.
Aunque no se han realizado estudios exhaustivos sobre los efectos del cambio climático para el alpinismo en el Himalaya, escaladores experimentados han señalado el ensanchamiento de grietas, la presencia de arroyos en laderas previamente cubiertas de nieve y la creciente formación de lagos glaciares.
Un estudio de 2019 determinó que los glaciares del Himalaya se están derritiendo dos veces más rápido que en el siglo pasado.
“A largo plazo, las temperaturas más cálidas hacen que las montañas sean inestables, lo que aumenta el riesgo (…) de desprendimientos de rocas, caídas de hielo y avalanchas”, dice Lukas Furtenbach de Furtenbach Adventures.
Mucha gente
La gran cantidad de escaladores aumenta el riesgo de accidentes fatales, señalan los expertos. Al menos cuatro de las once muertes que ocurrieron en 2019 se atribuyeron a los efectos adversos de la multitud.
Nepal ha emitido 466 permisos para escalar el Everest esta temporada y, como la mayoría de los escaladores deben ir acompañados de un guía, se calcula que más de 900 personas intentarán llegar a la cima.
El rol de los guías nepaleses
Los guías nepaleses, provenientes generalmente de los valles vecinos, se encargan de la logística y la seguridad y aseguran el éxito de las expediciones que emprenden los alpinistas extranjeros.
Durante mucho tiempo las hazañas de estos guías, que también son escaladores, han sido eclipsadas por alpinistas de otros lugares, sin embargo, están siendo reconocidas gradualmente. Pero pagan un alto precio: alrededor de un tercio de los muertos en el Everest son guías nepaleses.
AFP