Los diputados brasileños podrían votar este martes un polémico proyecto de ley contra la desinformación que propone regular las redes sociales, que serán responsabilizadas y penalizadas por los contenidos ilícitos.
Por RT
Bautizado como “PL de las fake news”, el texto está en trámite en el Congreso brasileño desde 2020, pero ganó fuerza después que el pasado 8 de enero bolsonaristas radicales, presuntamente coordinados a través de grupos en plataformas digitales con consignas golpistas, invadieran salvajemente el presidencial Palacio de Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).
El asunto es especialmente polémico en Brasil, un país donde tres cuartas partes de sus más de 210 millones de habitantes usa las redes sociales y hay una fuerte polarización en torno al derecho a expresarse. El oficialismo sostiene que el texto fortalecerá la libertad de expresión, mientras que la oposición, especialmente el bolsonarismo, dice que será un instrumento para la censura.
O PL 2630 combate às fakenews e regula a atuação das plataformas, qualificando o ambiente das redes sociais. Ao contrário do que diz a extrema direita, o que o governo e nós queremos com a matéria é garantia da verdade e da democracia. pic.twitter.com/BDuG7N5uvv
— Maria do Rosário (@mariadorosario) April 28, 2023
También las plataformas, como Google, Twitter o TikTok han protestado contra el proyecto de ley, que si es aprobado les impactará de lleno, pues desde entonces serán responsabilizadas legalmente por los contenidos publicados por terceros, cosa que en la actualidad no pasa.
Penas por noticias falsas
Entre otras cosas deberán eliminar contenidos ilícitos en un plazo de 24 horas si el juez así lo determina, so pena de multa de entre 50.000 reales y un millón de reales (entre 10.000 y 200.000 dólares) por hora de incumplimiento.
También serán penalizadas por la divulgación de noticias falsas desde cuentas automatizadas, muy usadas en época electoral, y responsabilizadas por los eventuales daños que causen los contenidos pagados que fomenten, por ejemplo, el discurso del odio.
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