Un joven de 25 años de edad, oriundo del estado Apure, el pasado fin de semana fue sometido a una cirugía de emergencia. En la intervención quirúrgica debieron amputar una de sus extremidades inferiores, luego de que presentara una reacción de gravedad en su glúteo por la presunta inyección de dexametasona, fármaco de origen colombiano, que habría sido adquirida en una farmacia de Guasdualito.
Luz Dary Depablos // Walter Obregón // Corresponsalía lapatilla.com
El estado de salud de este apureño es reservado, pues continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una reconocida clínica privada de San Cristóbal, donde a las pocas horas que se le amputara la pierna, ingresó otro paciente de 43 años de edad, oriundo del estado Barinas, con una reacción de gravedad, también por aplicarse una inyección intramuscular de diclofenac sódico, que fue comprada en una farmacia de Barinas.
Alix Bazan, oriunda de Guasdualito y madre del joven de 25 años, narró que su hijo, quien labora en esa población como cajero de un banco estatal, solicitó a un familiar que le aplicara una ampolla para aliviar un dolor cervical. Sin embargo, a las pocas horas presentó una reacción que casi le cuesta la vida.
“No sé si fue la dexametasona o ya tenía otra cosa que se le activó con la inyección. La dexametasona le hinchó el glúteo, le agarró la pierna y no podía afincar”, detalló la madre desconsolada.
Tras presentar fiebre y desmayarse, sus familiares deciden trasladarlo a una clínica privada en Guasdualito, donde no detectaron qué le pasaba. Al día siguiente, su salud continuó complicándose y lo remiten al hospital más cercano de Arauca, Colombia, pero allá no fue recibido por no contar con un seguro del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisben) que se ofrece en el vecino país.
Regresaron al Hospital Central de Guasdualito y de allí lo remiten al Hospital Central de San Cristóbal. En este vaivén en la búsqueda de asistencia médica, el tiempo seguía en contra: la salud del joven se desmejoraba aceleradamente y su pierna continuaba hinchándose y oscureciéndose, por lo que fue trasladado de emergencia a San Cristóbal en una ambulancia.
Ante el peligro que corría su vida, compañeros de trabajo lograron conseguir recursos a través del mismo banco donde labora, para que fuera sacado desde HCSC a una reconocida clínica de San Cristóbal, pues sus familiares sentían que en el hospital no evolucionaba.
La primera medida de los médicos tratantes en la clínica fue amputarle la pierna. “El médico me dice que va a cortar la pierna, porque era la pierna o la vida de él. Con el dolor del alma, optamos por la pierna, y todavía no ha pasado el peligro, como dice el doctor. Ellos nos dieron 24 horas de vida y mi hijo todavía está vivo”.
Otro caso similar
A la misma clínica llegó otro paciente de 43 años de edad, oriundo del estado Barinas, quien también fue operado de emergencia por una reacción en su piel, causada por la aplicación de una ampolla de diclofenac sódico, que ha usado en otras ocasiones para calmar el dolor.
Sin embargo, su familiar, quien pidió reservar su identidad, aseguró que adquirió el medicamento en una farmacia de Barinas por un costo de dos dólares. Indicó que una enfermera de confianza lo inyectó.
Para el momento en que la enfermera trató de abrir la ampolla, “fue difícil”. Generalmente, se abre con facilidad al partir el envase, pero debió usar “una especie de cuchillo para poder abrirlo, lo intentó con un trapo y así la partió”, explicó el familiar.
“La enfermera se extrañó, porque el medicamento estaba un poco espeso” y justo al terminar de inyectar al paciente, “automáticamente la piel se brotó, surgió una llaga (úlcera en la piel)”, contó.
Los parientes del hombre pensaron que se trataba de una reacción momentánea, pero cada vez era mayor el ardor y la hinchazón en el paciente. El glúteo se enrojeció y luego se oscureció, por tanto, un familiar lo trasladó desde Barinas a la clínica privada de San Cristóbal, donde fue operado de emergencia.
Por fortuna, actuaron a tiempo y lograron evitar que la infección se expandiera. Aún esperan por los resultados de la biopsia para determinar con exactitud “qué tipo de sustancia fue la que se alojó allí”. No descartan que la reacción esté asociada al medicamento.
Vuelven los controles sanitarios de medicamentos
Zoreli Torres, presidente del Colegio de Farmacéuticos del estado Barinas, recordó que en el año 2019, “lejos de incentivar la producción nacional, al Gobierno se le ocurre aplicar una política de abastecimiento, a través de la Resolución N 075, donde se elimina el paso (de análisis de la calidad de los medicamentos) por el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel y solo solicitan un permiso sanitario de importación. Se cambian los análisis químicos, por un papel llamado Permiso Sanitario de Importación”.
Expresó que esta medida ha causado problemas en pacientes, por “la poca o nula efectividad de los medicamentos, comienzan a complicarse, lejos de controlarse se empeoraron, muchos con ACV. Eso también generó otros ilícitos farmacéuticos”.
Cabe destacar que justo el pasado 4 de mayo, la Contraloría Sanitaria emitió un comunicado dirigido a las Cámaras Farmacéuticas, laboratorios farmacéuticos, Casas de Representación y Farmacéuticos Patrocinantes, que importan medicamentos “a que nuevamente se apliquen los procesos regulatorios, que nunca debieron ser eliminados”, enfatizó la gremialista.
“Vuelven los procesos regulatorios. Vuelven las muestras a pasar por el Instituto Nacional de Higiene, para que las moléculas sean analizadas, claro está, que aún en el mercado hay medicamentos de dudosa calidad”, dijo Zoreli Torres.
Explicó que en ese instituto (INH) era “normal y correcto el proceso de regulación”, tanto para los medicamentos elaborados en el país, como para los importados que debían ser sometidos a análisis de calidad.
Recomendaciones al comprar medicamentos
Tito López, presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica, recomienda que toda persona al momento de comprar un medicamento debe revisar si posee el número de registro sanitario, o en su defecto, el número de permiso de importación, autorizado por el Instituto Nacional de Higiene o Contraloría Sanitaria.
Igualmente, debe tener el Control de Producto Envasado (CPE). En el caso de Venezuela, debe estar en idioma español, traer el prospecto, es decir, el papel que va dentro de la caja con las indicaciones de los efectos secundarios, que debe ser igual a las indicaciones que muestra el estuche.
Aconsejó que “el producto no se puede ver en mal estado, como tabletas partidas, manchadas o en su defecto, las suspensiones que no estén homogeneizadas”.