David Boyd escapó de la justicia durante más de tres décadas hasta que, en abril del año 2018, las autoridades llegaron a la puerta de su casa para hacerlo rendir cuentas. Como sospechoso del asesinato de Nikki Allan, de 7 años de edad, fue llevado a una sala para ser interrogado.
Por El Tiempo
A más de cinco años de su arresto, salieron a la luz las escalofriantes imágenes del hombre, mientras era cuestionado por las autoridades británicas. Aunque, a simple vista, parece sereno y relajado, hay un sútil movimiento que lo delata.
En el video, que fue difundido por el periódico británico ‘The Sun’, se logra observar al sospechoso sentado en la sala de interrogación, junto con su abogado y los oficiales que toman nota de su declaración. Mientras su mano izquierda está apoyada sobre su rostro, sus piernas no dejan de moverse de manera inquieta. Esto, para los expertos, es una señal de ansiedad.
“Boyd parece relajado y tranquilo, pero por dentro podemos estar seguros de que está experimentando altos niveles de ansiedad. Es su lenguaje corporal lo que lo delata”, señaló el doctor Cliff Lansley, de la Academia de Inteligencia Emocional, al medio citado anteriormente.
Según explica el experto, la tensión de los músculos responde, en la mayoría de casos, a situaciones ligadas al temor o la ansiedad. En vista de que no puede correr, pues se encuentra encerrado en una habitación, lo que hace Boyd es liberarse de las emociones a través de movimientos constantes en las piernas
A man has been found guilty of murdering Sunderland schoolgirl Nikki Allan after she was stabbed to death over 30 years ago.
David Boyd, 55, led seven-year-old Nikki away from outside the block of flats where she lived shortly before 10pm on the evening of October 7, 1992. (1/4) pic.twitter.com/sDPAtcphYR
— Northumbria Police (@northumbriapol) May 12, 2023
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