Pasada la tormenta publicitaria del Día de las Madres… fenómeno que en menos de una semana puso a periodistas y locutoras que se ganan la vida recordándonos lo pobre que ahora somos… a incitar alegremente a gastar los churupitos en restaurantes caros… para celebrar.
Sobre esto nada que decir porque así es el mundo de la publicidad y restaurantes y fablistanes tienen que vivir “de algo”… pero hay un “sin embargo”.
Y es mi constante reclamo al sector político a jugar un rol de directores morales… algo que evidentemente no hacen ni los unos ni los otros.
Del Presidente se sabe que gusta trasmitir entusiasmo diciendo que “todo va bien”… sentencia que en general no se conjuga con la realidad.
Pero… ¿y “los otros”?
Digamos los que desde la oposición aspiran a relevar a Nicolás Maduro de la presidencia… ¿no era de esperar un discurso que sin caer en las pavosidades… trasmitan entusiasmo?
No se ve un posible Winston Churchill que empinándose sobre errores cometidos en el pasado… supo aprovechar el momento en el cual para los ingleses el mejor programa de gobierno era el del discurso de “sangre, sudor y lágrimas”.
En lo personal distingo y mucho las características del pueblo inglés… muy distintas a las nuestras… comenzando porque los venezolanos no nos calaríamos una monarquía como la de Carlos y Camila.
Pero igual era de esperar que alguno de los sopotocientos aspirantes a ganar las primarias, sin pelearse con quienes pueden ir al restaurante con la familia el Día de la Madre… trasmitiera un mensaje señalando para la inmensa mayoría que no se pudo dar ese pequeño lujo… que en familia se pasa mejor… de manera más económica… y que no es para sentirse menos el quedarse en casa.
Sin poner a la madre a cocinar… desde luego.
Pero eso no sucedió lo cual en un país cuya sociedad lleva décadas de bombardeo politiquero… solo es otro signo de cuan equivocados andan quienes pretenden sacar mí país… de esta pobreza.
Pero no son solo los políticos quienes fallan la diana: en el Día de la Madre conversé por casualidad con un gurú establecido y reconocido por medios y parte de la sociedad.
Afable como siempre soy conversé a pesar de que el ciudadano se había hecho eco de un infundio que desde el norte trasmitió un expatriado… sobre mi hermana Beatrice.
En realidad ese día estuve diplomático hasta que el neo notable tapa amarilla lanzó un barbarismo al acusar a Rusia como “culpable”… “por no haber ganado rápido la guerra”.
Así me enteré que a pesar de lo que escribe… el fulano apoya a Putin… pero desde “el closet”.
Y también de lo pedestre de sus análisis porque no tomó en cuenta que es posible que Rusia… país que se preparó desde comienzos de siglo para responder lo que ellos consideran una agresión de occidente -más bien de USA- en la cual Ucrania juega el papel de fatal marioneta… considere que alargando la guerra… quien más pierde es Europa.
Y nosotros que en ese entierro no tenemos vela.
Nos despedimos y cuando lo vi correr a la entrada de un restaurante… recordé que ese notable lleva casi cuarto de siglo equivocando sus vaticinios.
Y de eso vive engatusando a directivos de la oposición que lo usan como un adorno.
¡Zape gato!