Como es habitual, en esta columna se superponen, montan, agolpan diferentes temas en apariencia inconexos, que terminamos descubriendo amalgamados, trenzados sexualmente, incluso.
Si pensamos en la simbología “madurista” en la política venezolana, nos vienen a la mente imágenes de un “presidente obrero” que jamás ha sido obrero, o de un conductor de autobuses que en realidad ejercía como político sindicalista y no como conductor. En tal sentido, este señor tiene 23 años en las esferas del poder, lo que significa que de su brevísima carrera frente al volante de un vehículo de transporte de pasajeros, no le queda ni la licencia vencida. Así mismo, nos asalta el recuerdo el color rojo, rojiiito y su paulatina sustitución por colores como el azul, el turquesa; una paleta de colores que dista mucho de la encendida llama revolucionaria del rojo vivo de su antecesor e incluso de su partido, rojo con amarillo.
¿Y los ojitos de Chávez al estilo de 1984 de George Orwell?
Efectivamente, por toda la ciudad proliferaron aquellos ojos achinados para crear una sensación de presencia de Chávez y una transición simbólica, a lo que vendría en forma redonda, plena, absoluta e inequívoca (como la luna llena): “el madurismo”.
¿Cuál es su simbología?
Maduro inicialmente se apegó a la imagen de Chávez, al igual que a las tradicionales cachucha y chaqueta (en su caso XXL) con la bandera de Venezuela. Luego, en un intento de emular el carácter de caudillo fuerte, se inventó aquello de la mano de hierro. Una mano que en realidad no es que ha sido de hierro, sino incluso de materiales más letales, pero ojo, no contra la delincuencia de su partido, sino contra la propia población y sus clamores de democracia, libertad, pero sobre todo de comida, salud y educación. Una mano de hierro contra un pueblo desarmado y desprovisto. Mano que en vez de golpear al hambre, golpea sin misericordia al hambriento. A este símbolo se le suma el de “el protector”. Un protector del pueblo que en realidad es su opresor. Un planteamiento que buscaba explotar en la población de manera deliberada el síndrome de Estocolmo; es decir, que la población desarrollara afecto por su victimario.
Ahora, tenemos a un Maduro más versado (más de dos décadas en el poder y sus mieles), más culto, se le salen bastante menos aquellos deslices como “estudiantes y estudiantas”, “liceos y liceas” que lo hacían parecer bobo y hasta un simpático ignorante. Un hombre de tal supuesta ignorancia, no iba a poder someter de una manera tan cruel a un país históricamente tan rebelde; sin embargo y lamentablemente, pudo.
El hombre, ahora se atavía de estadista y no de bandolero, con colores como los mencionados al inicio del artículo, un moderno avatar de inteligencia artificial, una forma mesurada y decorosa de expeler sus calumnias e ignominias antes destempladas y fervorosas, una “M” al estilo de Mc Donald´s, y un signo de adición algebraica; un signo de suma.
¿Y qué significan la eme (“M”) y el signo “+”?
A la “M” se le atribuye un origen fenicio en el siglo XIII A.C. Su forma actual fue dada por los romanos. Y aún cuando en su origen no tenía ningún significado, se asocia a algunos: en numerología al número 4 que significa espiritualidad, estabilidad y solidez. En algunas culturas e incluso en psicología se asocia a madre y maternidad, así como a protección y cuidado. Su forma semejante a un escudo, hace que en ciertas tradiciones esotéricas se utilice para denotar seguridad, también se considera por su trazado un símbolo de unidad y totalidad, así como de unión de los opuestos.
Por otra parte, el signo suma se remonta a los romanos que utilizaban la palabra “ET” para decir “Y” (esto y esto otro); con el tiempo fusionaron la superposición de las letras y obtuvieron el símbolo que conocemos hoy día para denotar adición en operaciones matemáticas; esto, gracias a la obra titulada “Mercantile Arithmetic” cuyo autor fue el matemático alemán Johann Widman en 1489; en la misma, introdujo por primera vez este símbolo para denotar la suma. A este símbolo se asocia la positividad, la tolerancia, la adición, lo que está por venir.
¿Y a quién y para qué es su Súper Disfraz?
La “M” de protector es para todos aquellos que se sienten en condición de minusvalía frente a las sanciones, la oposición apátrida y el imperio capitalista opresor; es decir, la “M” es para su electorado tradicional. El más “+” en cambio, busca nuevo electorado sobre todo entre los jóvenes. El electorado adulto ya está polarizado y muy pronunciadamente en su contra. Su esperanza es captar al público joven, por eso el avatar y la “High Tech” que derrocha su espeluznante programa. El más “+” incluso toca a la comunidad LGTB+ ¿lo ven? Termina en “+”. Por otra parte, el cambio de paleta de colores es para alejarse de la imagen del chavismo tradicional, “radical”, “rojito”. En resumen, Maduro paulatinamente se ha bajado del barco chavista, y ha puesto una nueva simbología en el mercado electoral; dado, que sabe que el chavismo va en franco declive
¿Te parece correcta la estrategia?
Me parece con todo respeto que los asesores de Maduro son unos piratas. Una estrategia muy mala y débil. Debilitaron su conexión con su verdadero mercado para ponerlo a cazar mariposas. “Más vale pájaro en mano que ciento volando”. Por otra parte, la simbología con la cual lo están disfrazando se le abre en las costuras, le aprieta, la tela le pica. Debieron buscar en las cualidades naturales de Maduro (que alguna habrá de tener) y explorar por esa vía y su conexión con los problemas y preocupaciones de la sociedad venezolana. Pero se ve que son flojos. Se metieron en Wikipedia, buscaron la “M” y su significado, luego para estar al día le pusieron un “+” para compatibilizarlo con la comunidad LGTB+ y chao, bórralo. Una salvajada de robo de honorarios profesionales. Es que nadie lo quiere ni lo respeta vale, hasta sus asesores lo burlan. En 2002 Maduro acusó a la oposición de “Mariconasos” y ¿ahora es “+”? da pena ajena ver la vaina y disculpen mi castellano ortodoxo.
¿Qué le dices a Maduro?
Yo te hubiera cobrado el 20 % y te hubiera hecho un trabajo serio. El desespero no te deja pensar. Un líder serio en tu situación no le da la espalda a su base, la refuerza y disminuye la estampida, ralentiza la contracción y luego va en pos de lo demás. Dejaste a los tuyos sin ideología, sin plan, sin resultados de gestión, limpios y depauperados, y sin argumentos para votarte. En silencio y cabizbajo el chavismo empieza a irse por la sombrita. Las próximas elecciones no las puedes ganar, no hay manera. Deberías empezar a pensar en el futuro, porque ya presente no tienes ni que te pongas un signo de multiplicación.
¿La discriminación económica Nazi?
La ley de impuesto al patrimonio para los migrantes. Gente que se ha ido porque ha tenido que hacerlo por las políticas y la corrupción de estos 23 años de gobierno, ahora serán sancionada con un impuesto discriminatorio al estilo de la expropiación de bienes que los nazis hicieron contra los judíos que salieron de Alemania. Esto convierte al país formalmente, en un campo de concentración.
¿Qué relación tiene eso con el tema de los símbolos?
Que en lugar de un signo de suma “+” a Maduro & Co les viene mejor una esvástica.
Maduro, El Aissami, y el resto de Maduro & Co, sobre todo los diputados, no se pierdan la caricatura “Súper Mostacho” por lapatilla.com
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