Los merideños ven limitada su movilización como consecuencia de la escasez de combustible que afecta a la entidad andina.
Jesús Quintero // Corresponsalía LaPatilla.com
La problemática se ha acentuado más durante las últimas semanas, ya que la llegada de gandolas ha retrasado y, por tanto, se observan las largas e interminables colas para surtir combustible en la capital de Mérida.
“Gran parte de la ciudad se encuentra paralizada como consecuencia de la falta de suministro de combustible“, dijo José Rojas, un trabajador del volante que suma tres noches en una cola para surtir gasolina.
No hay pronunciamiento oficial sobre la situación real sobre el carburante, a lo que se suma los racionamientos eléctricos que afectan a los merideños.
Hasta tres filas se visualizan en las avenidas adyacentes a las estaciones de servicio. Ante la incertidumbre que genera la situación de escasez del hidrocarburo, los afectados dijeron que llevan varios días durmiendo en sus vehículos.
La situación perjudica también a los trabajadores y estudiantes que deben caminar para movilizarse en la ciudad, debido a que el transporte público también escasea.