Las fuerzas de seguridad de Colombia y casi una decena de organismos estuvieron en vilo durante los últimos 17 días, desde aquel mensaje de emergencia que envió la avioneta accidentada en Guaviare y la respuesta que nunca tuvo retorno. Fueron jornadas enteras de búsqueda, contra la lluvia y el reloj que marchaba cada vez más rápido. A la tragedia del lunes, con la confirmación de la muerte de tres ocupantes, le siguió este miércoles la noticia que suponía el milagro: El presidente Gustavo Petro tuiteó que los cuatro menores de edad habían sido rescatados con vida, pero con el correr de las horas, surgieron dudas sobre lo dicho por el mandatario.
Por El Clarín
Lo que se sabe es que el avión tipo Cessna con matrícula HK 2803, operado por la compañía Avianline Charter’s, había partido el 1° de mayo desde Araracuara, una remota localidad ubicada en la frontera entre los departamentos de Caquetá y Amazonas. Debía llegar a San José del Guaviare, unos 350 kilómetros al norte, casi en el centro del país. No lo hizo.
Cuando se encontraba aproximadamente 175 kilómetros al sur de su destino, sobre la selva y cerca del río Apaporis, el vuelo se declaró en emergencia por una falla en el motor. Recién la encontraron en plena inmensidad del Amazonas colombiano, en inmediaciones del caserío Palma Rosa, en el municipio de Solano (Caquetá).
Por esas horas hallaron a los tres adultos: el piloto de la aeronave, un representante indígena y la madre de los niños. Todos ellos estaban muertos.
Entonces se aceleraron los trabajos para dar con el paradero de los cuatro menores de edad, de entre 13 años y 11 meses de edad. Tras el hallazgo de indicios que supusieron buenos presagios y con un impresionante “Operativo Esperanza” -como se bautizó la operación de búsqueda-, llegó el tuit de la confirmación de un hallazgo positivo de Petro, luego puesto en duda.
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