La Faja Petrolífera del Orinoco (FAPO) “Hugo Chávez Frías” posee una reserva de 300 mil millones de barriles de crudo extrapesado, certificados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de los cuales 153 mil millones de crudo están en suelo anzoatiguense.
“Anzoátegui tiene la misma cantidad de reserva de Irán, solamente superada por Arabia Saudita y Canadá”
La Faja Petrolífera del Orinoco es un área de 55.314 kilómetros cuadrados que está al norte del caudaloso río Orinoco y que se extiende por cinco estados venezolanos: Guárico, Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y norte de Bolívar.
Bajo esta franja de tierra hay 271 millones de barriles de crudo pesado y extrapesado, lo que equivale al 20% de las reservas probadas del mundo, o a una cuarta parte de las reservas de todos los países de la OPEP, el principal cartel de productores de crudo en el mundo.
El gigante campo petrolero venezolano que puede albergar 10.808 pozos petroleros, unos 282 taladros en simultáneo y que necesita 2.470 kilómetros de oleoducto para su máximo funcionamiento.
Su potencial petrolero comenzó a explorarse en el año 1936, aunque no fue sino hasta nacionalización de la FAPO en el año 2007 y la asignación de distintos lotes a petroleras extranjeras como Chevron (Estados Unidos), Rosneft (Rusia), Total Energies (Francia), Eni (Italia) y Repsol (España). De la mano de estas petroleras extranjeras, Venezuela trabajó para crear mejoradores de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco.
Tras la salida de estas empresas de Venezuela por la deuda por parte de la principal industria del país y el abandono de las inversiones por parte de la Matriz, la Fanta de seguridad jurídica, Venezuela está muy lejos de una producción petrolera de tres millones de barriles diarios.
Sin embargo, hoy lo que se vive en la FAPO es una decena de pozos con tuberías oxidadas, piezas desprendidas y escaleras desvencijadas que no conducen a ninguna parte; corrupción, decisiones erráticas, falta de mantenimiento, es todo lo que queda en uno de los campos petroleros que durante más de una década hizo de Venezuela uno de los países más ricos del continente.
La situación de FAPO contrasta con la prosperidad de la industria en los años 70, cuando el petróleo fue nacionalizado y el país entró en la etapa popularmente conocida como “la Venezuela saudí”.
Lo más lamentable es que en campos como San Diego de Cabrutica, Zuata, Bare, Melones, en el sur de Anzoátegui, se ven algunas cuadrillas de trabajadores que suelen recoger crudo derramado entre pastizales de haciendas y ríos. Los gases que emanan los hidrocarburos esparcidos provocan lagrimeo y molestias en la nariz.
Los enormes oleoductos que atraviesan haciendas y caseríos del sector el Burro de Los Pozos del municipio Guanipa suelen presentar fisuras. Frente a esto, los derrames de crudo en varias zonas han sido continuos desde hace años para acá. Por falta de dinero para mantenimiento se han roto cabezales de pozos y fisurado tuberías.