“Quiero ese caramelo, mamacita”, le dicen a Michelle Zurita cuando camina por la avenida Túpac Amaru (San Martín de Porres, en Lima, Perú). Desde que llegó de su natal Venezuela, hace tres años, aprendió a ‘torear’ a los bandidos de las esquinas. Por eso responde a los comentarios: “anda a mi OnlyFans, pues, chamo”.
Por: Trome
Michelle Zurita tiene una doble vida. Primero, es una mujer de la calle. La que camina a sol y sombra. Pero que no se malinterprete. Ella en las mañanas se dedica a la venta de caramelos y chupetas. Una labor del que no se arrepiente ni avergüenza, pues ayuda a cubrir los gastos básicos del hogar. Es madre y esposa.
Sin embargo, por las tardes y noches, la venezolana es una femme fatale. Una mujer que no le pone límites a las fantasías más extremas de sus seguidores en redes sociales y TikTok. Es modelo de OnlyFans. Este trabajo es lo que cubre la mayor parte de sus necesidades: colegio de la nena, alquiler de la casa, ayuda económica a la familia que aún está en Venezuela, etc.
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