Vendedores ambulantes “hacen su agosto” en kilométricas colas para surtir gasolina en Barquisimeto

Vendedores ambulantes “hacen su agosto” en kilométricas colas para surtir gasolina en Barquisimeto

 

Helados, bambinos, chicha, agua, café, refrescos, raspados y panela con limón, son los productos más vendidos en las colas para surtirse de gasolina en Barquisimeto. Vendedores ambulantes ven en las kilométricas filas de carros la mejor oportunidad para duplicar y hasta triplicar sus ventas.





Por: Yanitza Martínez. // Corresponsalía lapatilla.com

Lo que para muchos significa un calvario, para otros es el chance de ganarse la vida vendiendo en la calle. Cinco horas de cola en cualquier estación de servicio del este de Barquisimeto, es más que suficiente para vender mercancías, sobre todo si es comestible.

Aunque estos comerciantes ambulantes se mantenían en los semáforos de la ciudad capital, comentan que no era mucha la rotación de sus productos, por lo que están aprovechando el desabastecimiento de combustible para vender en las diferentes bombas de la capital larense, asegurando que comercializan hasta tres veces más de lo que vendían en una isla de cualquier avenida de Barquisimeto.

 

 

Entre 100 y 120 bambinos vende Luis Atencio en las colas del triángulo del este. Detalla que este producto tiene mucha salida, debido a la ola de calor que en los últimos días se ha registrado en la ciudad.

Por su parte, Juan Martínez menciona que las colas para equipar gasolina han sido la plaza perfecta para la venta de sus galletas, por lo que tiene un horario establecido entre las 7:00 de la mañana y las 8:00 de la noche, haciendo un extenso recorrido tanto en las estaciones de servicio del este, como las del oeste barquisimetano.

Jorge Andueza reside en la zona del este y junto a su familia elabora menús ejecutivos por tan solo dos dólares. Andueza detalla que ha llegado a vender hasta 50 almuerzos al día, menú que varía diariamente y que facilita a los usuarios la permanencia en las colas, ya que no tienen necesidad de salir a comprar comida en restaurantes.

Aunque los usuarios claman por la normalización de la distribución de combustible, debido a las molestias generadas por las extensas y prolongadas colas, el sector del comercio informal ha manifestado querer que las kilométricas filas se mantengan y de esa forma poder seguir a flote en este difícil y competitivo trabajo.