El caso de “Santi, el monstruo de Tipuro” parece tomar un rumbo distinto de llegar a ser cierta la versión de uno de los vecinos, que al parecer, estaba cerca de la vivienda en el estado Monagas donde se cometió el dantesco asesinato.
Según el testigo, que prefirió resguardar su identidad, la discusión entre Santiago Gil y su progenitora Francis Gil obedecía a un anillo de oro que tenía la fémina y que, según lo relatado por el vecino, el victimario quería para venderlo y así comprar drogas para mantener su vicio.
Todo parece indicar que tras la negativa de la hoy occisa de entregar la prenda de valor, su hijo se llenó de ira y fue cuando empezaron las agresiones físicas.
Francis tomó el anillo y se lo tragó, lo que encolerizó aún más al victimario al punto de causarle la muerte.
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