Un juez de Nueva York rechazó este miércoles desestimar la demanda presentada por el principal banco de EE.UU., JPMorgan Chase, contra un antiguo alto ejecutivo, Jes Staley, a quien la entidad acusa de ocultar sus vínculos con el difunto financiero Jeffrey Epstein, informaron medios locales.
El banco, que a su vez está sumido en un proceso legal por sus relaciones con el multimillonario pedófilo, pretende que Staley sea el único responsable de cualquier demanda presentada contra la compañía por hacer negocios con Epstein, quien se suicidó en una celda de una prisión mientras esperaba el comienzo de su juicio.
Según la denuncia, presentada el pasado marzo, Staley “abandonó repetidamente” los intereses del banco “en pos de sus propios intereses y beneficios personales y los de Epstein”, que era cliente de la entidad.
JPMorgan ha sido demandado en los últimos meses por una mujer anónima y por el Gobierno de las Islas Vírgenes, donde Epstein tenía una residencia, por ayudar presuntamente a financiar las operaciones de tráfico sexual del millonario, aprobando préstamos en sus cuentas.
Staley había solicitado al juez que su caso fuera sobreseído, para evitar ir a juicio y, eventualmente, afrontar el pago de indemnizaciones.
El exalto ejecutivo de JPMorgan Chase, quien era jefe del negocio de banca de inversión, ha negado en repetidas ocasiones cualquier delito, afirmando que no estaba al tanto del tráfico sexual de Epstein.
El acusado abandonó JPMorgan en 2013, el mismo año en que Epstein dejó de ser cliente del banco, pero siguió ascendiendo en el sector bancario, convirtiéndose en consejero delegado de Barclays, con sede en Londres, antes de dejar el cargo en 2021 tras una investigación reguladora sobre sus tratos con Epstein, según Forbes.
Epstein fue detenido en julio de 2019 y, un mes después, se suicidó en la celda de la prisión de Manhattan en la que permanecía tras ser acusado formalmente de abusar y explotar a decenas de adolescentes, tanto en su mansión de Manhattan (Nueva York) como en su residencia de Palm Beach (Florida) y su propiedad de las Islas Vírgenes.
EFE