En su informe cuatrimestral 2023, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) en Monagas, alertó que de acuerdo a un estudio realizado en los primeros cuatro meses de este año, niños, niñas y adolescentes están siendo desprotegidos.
Corresponsalía lapatilla.com
Aunque la ONG señaló que los casos de violencia a menores de edad han disminuido en comparación con el mismo periodo del año pasado, en lo que va de 2023 los casos se han nivelado por género, es decir, casi la misma cantidad en varones como en niñas.
La coordinadora de la OVV en la entidad, María Palomo, quien además es profesora del Pedagógico de Maturín, informó que este estudio se basó en fuentes de medios, donde se analizaron datos de violencia en niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años.
Resaltó la también politólogo que en los primeros cuatro meses del año ha predominado el homicidio intencional en 27%, robos 24% y tentativa de homicidio intencional 18%.
“Hemos notado que en este periodo se están nivelando las agresiones hacia las niñas, ya que anteriormente la mayoría de los casos eran en varones. Ahora vemos que en el caso de homicidios y tentativas de homicidios, 49% son mujeres y 51% hombres. El contexto situacional del delito ocurrió un 50% con la delincuencia organizada”, explicó Palomo.
En relación con los casos de violencia sexual, la representante de la ONG indicó que esta tendencia parece estarse repitiendo, ya que arroja cifras similares a las del mismo periodo de 2022. Precisa que las edades de las víctimas de violencia sexual comprenden entre 8 y 18 años.
En este primer cuatrimestre, la OVV contabiliza 15 niños, niñas y adolescentes agredidos sexualmente en nueves sucesos, siendo la mayoría de los casos niñas de entre 12 y 16 años de edad, delito que se comete mayormente en casa, es decir, por un familiar, padrastro, vecino o conocido.
En este sentido, el Observatorio Venezolano de Violencia destaca la necesidad de implementar programas que permitan orientar a los padres y representantes sobre los sistemas de protección de la niñez.
De igual forma, llama a desarrollar programas educativos hacia la niñez y adolescencia en relación a sus derechos y competencias de protección y autoprotección. Concluye en que se debe educar al niño acerca de su propia capacidad para protegerse.