Mientras las tropas de Ucrania continúan su preparación para su contraofensiva sobre los invasores, éstos se fortificaron con líneas de trincheras, campos minados y barricadas. La incursión de una brigada de partisanos en Belgorod, dentro del propio territorio de la Federación Rusa, puso en jaque la estrategia
Múltiples líneas de zanjas antitanque, laberintos de trincheras, barricadas de hormigón en forma de “dientes de dragón”, obstáculos de acero en forma de “erizo”, alambres de púa (espinos) y campos minados. Una franja de mil kilómetros de una defensa que estuvieron levantando los rusos en estos últimos meses para evitar la tan esperada contraofensiva ucraniana. Una estructura antigua pero aun militarmente eficiente si está bien construida. Y ahí está el punto. La incursión de una brigada de rusos en Belgorod, dentro del propio territorio de la Federación Rusa, pone en duda su eficacia.
Por Infobae
Una serie de fotos satelitales analizadas por expertos cartógrafos militares del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) muestran cómo los pontoneros rusos aprovecharon la poca movilidad del frente para levantar una barrera ante el inminente avance ucraniano. “Se dieron cuenta que gran parte del terreno iba a ser difícil de defender sin posiciones atrincheradas”, explicó al Financial Times, Brady Africk, analista del American Enterprise Institute. “Aunque queda por ver si serán suficientes para los tanques americanos del tipo Abrams o los Leopard alemanes que ahora tienen los ucranianos y que están preparados para superar esos obstáculos”.
Las fuerzas del Kremlin ocupan una superficie de unos 100.000 kilómetros cuadrados, la mayoría protegidos por la barrera natural del río Dnipro y otros estuarios, pero que, en la zona más sensible como es la de Zaporizhzhia, en el sur, se convierte en una llanura. Y es por allí por donde se prevé que podría entrar el grueso del ejército ucraniano para intentar cortar la línea de suministro rusa que viene desde la ocupada península de Crimea. En esa región es que las fuerzas rusas levantaron la defensa de varios niveles compuesta por zanjas antitanque, trincheras en zigzag, y las barricadas de hormigón en forma de “dientes de dragón” (estructuras de tres caras).
Esta estructura tiene como epicentro el aeropuerto de Berdyansk, sobre la margen del Mar de Azov, que viene siendo utilizado por la aviación rusa como puente para el abastecimiento. Las defensas se extienden desde Armyansk, en el norte, hasta Dzhankoi, en el noroeste. Ambos son nudos de transporte cruciales y puertas de entrada a la península de Crimea. El objetivo es que los tanques no puedan llegar hasta la carretera terrestre que une ambos territorios.
Lo mismo ocurre en la región de Luhansk, en el noroeste, donde se vienen fortificando las posiciones en las ciudades de Severodonetsk, Lisichansk y Popasna, desde que fueron capturadas por las tropas de ocupación entre mayo y junio de 2022. “Hubo una breve pausa en el invierno, probablemente debido a que el suelo se congeló y se hizo más difícil excavar”, explicó Africk. “Pero desde que el suelo se ablandó, hemos visto que la excavación de fortificaciones se intensificó drásticamente”.
Sin embargo, la aparición la última semana de una fuerza rusa que cruzó sin dificultad la frontera y atacó en territorio ruso, puso en duda la efectividad de la defensa levantada. Una denominada Legión de la Rusia Libre, munida de al menos un tanque y varios carros de asalto, tomaron el puesto fronterizo y atacaron objetivos en tres pueblos rusos: Grayvoran, Kozinka y Shchetinovka. Nada está muy claro sobre lo que sucedió después, pero 48 horas más tarde permanecían en el territorio ruso y sus líderes aseguran que se trata de soldados disidentes rusos que estuvieron luchando en los últimos meses a favor de las tropas ucranianas y que su objetivo final es derrocar al régimen de Vladimir Putin en Moscú.
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