En las afueras del tranquilo pueblo cubano de Bejucal, un camino lleno de baches que se pierde en la selva termina en una alambrada oxidada. Un cartel advierte: “No Pase. Zona Militar”.
Por: Infobae
Lo que hay más allá sigue siendo en gran medida un misterio, aunque el gobierno de Estados Unidos ha sospechado durante mucho tiempo que China lleva a cabo una operación de recopilación de inteligencia en el sitio de la era soviética.
Un reportero de Reuters viajó esta semana a Bejucal, logrando un inusual acceso al área alrededor del sitio que permanece como una caja negra, incluso para los locales, pero que ha salido a la luz luego de que el Gobierno de Estados Unidos reveló su preocupación de que Beijing pueda estar usando la isla como un puesto de espionaje.
El Wall Street Journal citó la semana pasada a funcionarios estadounidenses diciendo que un nuevo esfuerzo de los servicios de seguridad de China estaba en marcha en Cuba, en momentos en que las relaciones entre Beijing y Washington están en mínimos de varias décadas.
Reuters observó antenas parabólicas gigantes en lo alto de una cresta por encima del pueblo, coronando apenas una hilera de palmeras reales. Una cúpula grande cerrada de metal blanco y oxidado -del tipo que alberga antenas- se cernía sobre la selva oscura, decorado en sus flancos con triángulos negro críptico, algunos invertidos. Hombres no identificados en motos vestidos de civil fotografiaron a los reporteros.
Estados Unidos cree que la base poco conocida, a sólo 187 kilómetros de Key West, Florida, se utiliza para interceptar comunicaciones electrónicas de Washington, según un documento de la Comisión Federal de Comunicaciones de noviembre de 2022.
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