José Luis Parra, venezolano de 30 años, no llevaba una semana de duelo por la pérdida de su hija Dana, de dos meses, cuando leyó una noticia que lo sacudió: una bebé tan pequeña como la suya había muerto infectada por el mismo virus respiratorio que atacó a Dana mientras esperaba en un hospital colapsado que la trasladaran a un centro que sí tuviese alguna cama UCI pediátrica disponible.
Por Antonia Laborde / El País
La tragedia había ocurrido en la Región de Valparaíso, en Chile, el país donde vive Parra junto a su esposa e hijo desde hace tres meses. El caso era tan similar a lo que les había ocurrido que desecharon la idea de que había sido normal esperar 12 horas a que la llevaran a otro establecimiento. A la hora 12, cuando finalmente estaba todo listo para trasladarla, la bebé no sobrevivió a un segundo paro cardíaco y falleció en el hospital del municipio de Quilpué.
“Nada nos va a devolver a nuestra hija”, lamenta Parra, un hombre fuerte, aunque disminuido, “pero queremos que su historia sirva para que haya más camas y no mueran otros niños”, añade este jueves en el salón de su casa tras regresar de la obra de construcción en la que trabaja, ubicada a dos horas en trasporte público. “Al principio no sabía que era un caso de negligencia, no conocía este virus [sincitial], pensaba que su cuerpecito no había aguantado.
Ahora creo que se podría haber salvado”, añade Yessenia Sánchez, de 35 años, esposa de José Luis, mientras juega con Martín, su hijo de cuatro. La única decoración en el modesto hogar son los dibujos del pequeño, quien desde la muerte de su hermana insiste en pintar a los cuatro miembros de la familia.
El caso de Dana es una de las cuatro muertes de bebés por virus respiratorios que se conocieron la primera semana de junio. Ya van seis. Las críticas a la gestión de uno de los mayores brotes del virus respiratorio sincitial (VRS) registrados en los últimos años en Chile impulsaron la renuncia esta semana de Fernando Araos, quien ejercía de subsecretario de Redes Asistenciales, el departamento del Ministerio de Salud que monitorea, entre otras responsabilidades, la disponibilidad de camas críticas.
Desde este lunes hay un responsable exclusivo para cumplir con esta tarea. El presidente Gabriel Boric informó que las camas pediátricas en el sistema integrado (público y privado) han aumentado un 58,9% respecto a la base.
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