Pese a que el Titanic se hundió hace casi 104 años, y se han develado muchos datos interesantes, algunas cosas siguen saliendo a la luz en el último siglo, aunque una cosa permanece igual: el contraste entre la primera clase y la económica que se podía apreciar en el barco.
Por: Semana
Las clases bajas ocupaban la parte inferior de la nave y los niveles superiores eran para las personas más adineradas y sin lugar a dudas la comida del Titanic era una de las diferencias más pronunciadas dentro del paquete de experiencia en el trasatlántico.
Mientras que los pasajeros de primera clase recibieron Egg A L’Argenteuil, Chicken A La Maryland, Consomme Fermier y cualquier otra cosa que sonara remotamente francesa, que podían elegir para comer en uno de los cinco restaurantes Titanic destinados a su círculo. Los pasajeros de segunda clase se conformaron con cordero primaveral, budín de ciruelas y helado americano, dice el portal Bored Panda.
Hace algunos años, la carta con el menú de la última cena se vendió a un coleccionista privado, un menú que habría sido salvado por un pasajero que pudo sobrevivir a la tragedia en uno de los botes salvavidas con los que contaba el barco en caso de emergencia.
El menú había sido diseñado por uno de los cocineros más famosos de la época: Auguste Escoffier, un chef que estuvo acompañado en la cocina con su colega Pierre Rouseseau, de 49 años que no logró sobrevivir al accidente.
Puedes leer la nota completa en Semana