El hijo menor de la reina Isabel II y el príncipe Felipe no suele generar titulares como sus hermanos. Aún así, el nacimiento del príncipe Eduardo fue todo un acontecimiento en la familia Real: nació el 10 de marzo de 1964, y según Ingrid Seward -autora del libro My Husband and I: The Inside Story of 70 Years of Royal Marriage-, el esposo de la Reina, el Duque de Edimburgo, fue el primer padre Real en la historia moderna en presenciar el parto de un hijo. “La Reina, para entonces de 37 años, le pidió que estuviera allí; ella había leído revistas que destacaban la importancia de involucrar a los padres en el parto y la idea le fascinó”, escribió Seward.
Por infobae.com
Y, aunque los padres suelen afirmar no tener un hijo preferido, esto sucede hasta en la familia Real: el príncipe Eduardo era el favorito de su padre. Esta afirmación es respaldada por el hecho de que el retrato de Eduardo era el único en el estudio del príncipe Felipe. Quizás por eso también Felipe quería que Eduardo y su esposa supervisaran sus deberes Reales después de que él se retiró de la vida pública. Y es evidente que la gente también ama a la pareja. Una fuente Real reveló a Express, “Eduardo se convirtió en una figura tranquila y eficiente que no busca atención ni titulares. Él y Sophie son queridos por ser obedientes y disciplinados”. Aunque el príncipe Eduardo apoya a muchas organizaciones benéficas, está particularmente comprometido con el programa de premios del Duque de Edimburgo, que alienta a los jóvenes a desarrollar habilidades laborales.
De militar a los musicales
Tras completar sus estudios, como era de esperar, el príncipe Eduardo se unió a los Royal Marines. Sin embargo, después de tres años dejó el ejército. El hijo menor de la Reina tenía la mira puesta en una carrera mucho más glamorosa: el mundo del espectáculo. A diferencia de sus hermanos, al príncipe Eduardo no le gustaba la vida militar y esos asuntos. Así que renunció a los marines, supuestamente tras discutir con su padre, para iniciar una carrera teatral. Terminó trabajando con Andrew Lloyd Webber, como asistente de producción en el Really Useful Group, propiedad del compositor británico, durante su incursión artística. Según las fuentes, Eduardo conoció a Webber después de unas celebraciones del cumpleaños de la Reina. Pero como asistente de producción de la compañía no disfrutaba de demasiada fama sobre los escenarios. En 1988, la directora de la compañía, Bridget Hayward, le dijo a Los Angeles Times, “Es la posición más baja”.
Luego, Eduardo se unió a la compañía de teatro Theatre Division. Este trabajo le duró poco y, según afirman, la empresa cerró al año siguiente por bancarrota. Entonces decidió formar una productora de televisión tras dejar el teatro, y creó Ardent Productions bajo el nombre de Edward Windsor. La productora trabajó en varios proyectos, incluido Edward on Edward, un documental en el que el Príncipe explora la vida y abdicación de su tío Eduardo VIII. Sin embargo, la compañía no tenía buena reputación, y un rival de la industria le dijo a The Guardian, “Son un chiste malo en la industria, de verdad”. La empresa cerró nueve años después de su creación.
Ningún cuento de hadas
El encuentro inicial entre el príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones no dio lugar al romanticismo. Se conocieron por primera vez en 1987, en Capital Radio, a través de una amiga de ella con la que Eduardo salía en aquél momento, así que no hubo nada novelesco entre ellos por algún tiempo.
Pasaron seis años antes de que Eduardo y Sophie volvieran a reunirse, y mucho había cambiado para la familia Real en esa época. Los primeros años de los ‘90 causaron estragos en los matrimonios reales: desde el príncipe Carlos y Diana Spencer hasta la Princesa Ana y Mark Phillips, pasando por el príncipe Andrés y Sarah Ferguson, los matrimonios se derrumbaban. Así, Sophie y Eduardo, ahora solteros, comenzaron una relación en 1993 luego de verse en un acto benéfico. Aunque no fue un amor a primera vista, la relación funcionó.
Rachas de romance
Eduardo y Sophie pasaron por momentos difíciles. A mediados de la década de los ‘90, la pareja estuvo a punto de romper su relación al año de comenzar a salir. Ingrid Seward, en su otro libro sobre la realeza Prince Edward, escribió que varias discusiones afectaron a la pareja y que, en 1994, su relación empezó a desmoronarse. “Como todas las parejas, hubo momentos en los que el afán de adaptarse llevó a discusiones y desacuerdos y, a mediados de 1994, estuvieron cerca de separarse”, escribió Seward.
La solución fue en parte, gracias a la tenacidad de Sophie. Seward señaló que Eduardo no sólo había visto a todos sus hermanos sufrir separaciones y divorcios, sino que él mismo se estaba recuperando de una reputación de soltero. Fue gracias a la dedicación de Sophie y a su deseo de no dejar que la relación “se hundiera”, que ella y el Príncipe salieron adelante.
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