En algún lugar entre las antiquísimas cimas de los montes Apalaches y los casquetes helados de las Montañas Rocallosas canadienses se encuentra el “corredor de los tornados”, un pasillo meteorológico que es excepcionalmente susceptible a estos violentos fenómenos del clima.
Por BBC
Cada primavera y verano, cuando el aire cálido del ecuador se encuentra con el aire frío del norte, los habitantes de las Grandes Llanuras del centro de Estados Unidos se enfrentan al desafío de la temporada de tornados: columnas arremolinadas de vientos de 480 kilómetros por hora que aparecen sin previo aviso y arrasan poblados enteros, lanzan autos por el aire y convierten los escombros de su destrucción en misiles letales.
Hace unos días una ciudad en el corazón de esta zona de peligro ha recibido un golpe directo: el jueves 15 de junio por la noche, un tornado arrasó Perryton, Texas. Hirió a 75 personas y mató a 3.
Las investigaciones más recientes sugieren que incidentes similares se volverán más comunes en EE.UU.
Aunque los estados centrales actualmente son testigos de más tornados que cualquier otro lugar, en el futuro, la principal área de peligro también podría incluir el sureste del país.
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