El presidente ruso, Vladimir Putin, ha asumido el mando del grupo privado de mercenarios Wagner, que opera en varios países de Oriente Medio y África con el apoyo del Kremlin.
La medida se produce después de que su líder, Yevgeny Prigozhin, se exiliara en Bielorrusia tras intentar desafiar la autoridad de Putin.
El Kremlin ha enviado mensajes a los países donde Wagner tiene presencia para garantizarles la continuidad de sus servicios, pero bajo la supervisión directa de Moscú.
Los mercenarios rebeldes tienen hasta el sábado para firmar contratos con el Ministerio de Defensa ruso o abandonar el grupo.
Wagner es una fuente importante de ingresos e influencia para Rusia, especialmente en África, donde se ha involucrado en operaciones de seguridad y extracción de recursos.
Con información de EFE